El Ceares se queda a un paso de dar la sorpresa y ganar en el Ganzábal. Un tanto de Omar Sampedro al transformar un polémico penalti permite a los de Hernán Pérez seguir invictos y a los de Nacho Cabo estrenar su casillero de puntos.

El estreno del novedosos césped sintético del Nuevo Ganzábal no resultó el esperado para un Langreo que vio cómo el Ceares le sorprendía y y se ponía en ventaja pese a que la salida azulgrana fue fulgurante. Los langreanos salieron al remozado césped con ansias de victoria pero sin apenas llegadas, es más la más clara fue una de Rafa Felgueroso a la salida de un córner pero, poco a poco, los cearistas fueron cogiendo confianza y nivelando la balanza.

Cuando se llegada a la media hora comenzó el recital de errores de Álvaro García. El delantero azulgrana no tuvo su tarde y su falta de puntería privó al Langreo de adelantarse. En el minuto 29, tras un pase de Aimar Gulin, se planta ante Nacho Rubiera y su disparo cruzado sale rozando el palo. Era la primera pero es que siete minutos más tarde, en el 27, en un balón largo de Dani López llega ante el meta gijonés con Gulin solo pero dispara alto. Era dos ocasiones clarísimas para poner en ventaja al Langreo peroe s que tras el descanso dispuso de la tercera. Corría el minuto 54 cuando vuelve a quedarse solo ante Rubiera y dispara con la zurda fuera.

El Langreo perdonaba y el Ceares ganaba confianza. Comenzaba a surgir la figura del talentosos Juan Menéndez y en el minuto 63 llegaba la sorpresa. Javi Gutiérrez encabeza una contra para ceder atrás ante la llega de Menéndez quien dispara sobre Dani López pero el vuelve el rechace para acabar haciendo el 0-1.

En desventaja Hernán arriesga con la entrada de Polo y Damián apelando a la épica. A base de juego por las bandas y centros Calvillo tiene dos opciones para empatar. Unas "tablas" que llegarían en el minuto 85 gracias a un polémico penalti que transformó Omar Sampedro. ante la indignación gijonesa. Ya en el descuento Calvillo, tras un saque de esquina, tuvo el 2-1 pero su remate con la diestra, franco dentro del área pequeña, se fue a las manos de Nacho Rubiera.