Sufridor oviedista, estudiante de fisioterapia y “muy de pueblo”: así es Pelayo Sánchez, el héroe asturiano en el Giro de Italia

Pelayo Sánchez, en Tellego.

Pelayo Sánchez, en Tellego. / Roberto Menéndez

Nacho Azparren

Nacho Azparren

En un deporte tan dado a poner etiquetas (rodador, escalador, sprinter…), él sale por un galicismo para explicar su perfil. “Lo que mejor se me da son las etapas duras, pero estoy descubriendo una faceta que no sabía que podía tener que es la de, como dicen los franceses, el «puncheur», en etapas de media montaña”, le decía a LA NUEVA ESPAÑA a final de la temporada pasada un Pelayo Sánchez que ha irrumpido con fuerza en la escena internacional del pelotón tras su imponente victoria, nada menos que ante Alaphilippe. Es el premio a una incipiente carrera que, no obstante, ya apuntaba alto desde sus primeras pedaladas.

Pelayo Sánchez (Tellego, Ribera de Arriba, 2000) empezó con la bicicleta muy pronto, ya de niño. “Me crie usando la bici para todo: ir a jugar el fútbol, dar una vuelta, hacer planes con los amigos. Soy muy de pueblo”, comentaba en una entrevista en este periódico. Lo de competir empezó a los 10 años, en la peña ciclista Manzanilla. No tardaron en darse cuenta del talento que atesoraba.

No sería hasta su paso por el Burgos BH cuando empezaría a llamar la atención en el panorama nacional. Debutó en la Vuelta en 2021, metiéndose en sus primeras fugas. Algunos ya empezaron a apuntar su nombre. En 2022 sufrió un parón por una inoportuna mononucleosis, pero 2023 sí le sonrió. Estrenó su palmarés en la Vuelta a Asturias, tenía que ser en la Vueltina, y dejó su sello en la Vuelta a España, dejándose ver en las etapas del Principado y con un tercer puesto en Guadarrama, en una exigente etapa con 10 puertos.

Aquellos fueron motivos de peso para firmar con Movistar, la primera división de ciclismo. O más aún: “Es como jugar en la Champions”. En enero, ya comentaba en una entrevista cuál era el objetivo que le hacía ilusión: “Me gustaría conocer el Giro de Italia, que es una carrera para mí muy bonita y que me hace especial ilusión. Que el Tour es el Tour y como se dice te da el carné de ciclista, pero el Giro es una carrera que me apetece”. Dicho y hecho.

Más allá de la bici

Al margen del ciclismo, Pelayo es una persona “un poco nerviosa que disfruta de la bici, de estar en casa con la familia y de los amigos”, según la definición que él mismo da. Estudiante de fisioterapia, siempre ha alardeado de su sufrido oviedismo; “me hace sufrir más el Oviedo que la Vuelta”, dijo a este periódico el pasado septiembre.