Pablo Carreño reaccionó con entereza a su eliminación en las semifinales del Abierto de Estados Unidos ante el sudafricano Kevin Anderson. El gijonés aseguró que se va de Nueva York "con mucho que aprender" y con un objetivo: meterse entre los ocho primeros del año para participar en el Masters de Londres en noviembre. Tras un buen primer set, Carreño se vio desbordado por un rival que llegó a los 22 saques directos.

Carreño aseguró que se lleva "muchas cosas positivas" de este torneo, que le vio acceder por primera vez a la penúltima ronda de un Grand Slam. "He tenido momentos de sufrimiento y alegría y los he llevado bastante bien. De la semifinal me llevo muchas cosas positivas, como encarar el partido, salir valiente y convencido de mis posibilidades", explicó. "En el tercer set he visto un momento que puedo mejorar: mantenerme más firme y no bajar un poquito los brazos", convino Carreño, quien también recordará "la manera de jugar" de sus oponentes.

De Anderson, en concreto, alabó su "gran saque" y su capacidad para presionar con un juego "valiente y agresivo" que le hizo sentirse "inferior y dominado", sobre todo en ese tercer parcial."Ha sido lo peor del partido, luego he conseguido igualar, ganar algún saque y ponerle en algún problema con su saque, pero tampoco muchos", reconoció.

El hecho de perder en semifinales, apuntó, le ha permitido ganar muchos "partidos y puntos" para seguir en su "camino hacia el Masters. Necesito seguir creciendo y centrarme en mi juego en el siguiente torneo". Recalcó que su objetivo es estar en Londres y que se ve "cerca" de esta lista. "Quedan dos torneos de 500, dos de +3000 y puede pasar cualquier cosa, pero creo que tengo posibilidades reales", opinó.

Mientras, Anderson admitió que en el primer set frente a Carreño había fallado con su servicio, "pero nunca perdí el control de la pista".