Madrid, Agencias

Los comercios de la comunidad de Madrid de menos de 750 metros cuadrados podrán abrir a la hora que quieran. Así lo recoge el anteproyecto de ley que aprobó ayer la comunidad madrileña para liberalizar los horarios comerciales. La presidenta del Ejecutivo de Madrid, Esperanza Aguirre, espera que esta medida, que abre la puerta a que los establecimientos abran los domingos, ayude a revitalizar el pequeño comercio frente a las grandes superficies, con lo que se pretende dar un empujón al comercio y al empleo.

Según el Ejecutivo, «tendrá libertad de horarios la práctica totalidad de los comercios madrileños», lo que, a su juicio, «beneficiará al consumidor, que tendrá más libertad comercial, y al empleo, pues se crearán nuevos puestos de trabajo». Madrid pretende también que la futura norma permita que los nuevos negocios «abran de forma inmediata». Así, para lograr una nueva licencia bastará con aportar «una declaración responsable» del empresario donde deberá declarar que bajo su responsabilidad «cumple con los requisitos establecidos en la normativa vigente, que dispone de la documentación que así lo acredita y que se compromete a mantener su cumplimiento mientras desarrolle su actividad».

El anteproyecto de ley de Esperanza Aguirre también deja una puerta abierta a la liberalización de horarios de los grandes comercios. Una de las cláusulas permite a los establecimientos de más de 750 metros cuadrados abrir siempre y cuando dediquen más del 50% de su negocio a la venta de «muebles, artículos de bricolaje, artículos deportivos, juguetes, vehículos y materiales de construcción». Esta medida excluye a los grandes almacenes. La propia presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, señaló que la nueva norma «no obliga a nadie. Puede abrir quien quiera, menos los grandes; los pequeños, cuando y como quieran». Según indicó, hay una encuesta que dice que «el 70% de los madrileños está a favor de que los horarios del comercio se adapten a los horarios de los consumidores».

No obstante, la agrupación de consumidores FACUA rechazó la medida asegurando que puede fomentar el consumo «irracional e impulsivo» y que supone «un severo golpe a buena parte del pequeño y mediano comercio». El sindicato CC OO de Madrid exigió al Gobierno regional que dé «marcha atrás» en la futura liberalización de horarios. La central aseguró que esta regulación «afectará gravemente a los trabajadores del sector, poniendo trabas para que se puedan conciliar la vida familiar y laboral». La Confederación Española de Comercio también mostró su tajante rechazo a la liberalización.