Berlín, Agencias

El ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Guido Westerwelle, descarta que España vaya a requerir ayuda financiera de los fondos de rescate europeos por segunda ocasión (tras el rescate solicitado para la banca), debido a la «gran determinación» del Gobierno de Mariano Rajoy en la aprobación de reformas. La opinión del encargado de Angela Merkel para las relaciones con otros países contrasta con el clima que se vive en España, donde analistas económicos, empresarios, sindicalistas o políticos de la oposición están dando por hecho que el país está abocado a solicitar el auxilio de la UE.

La deuda pública española sigue bajo enorme presión en los mercados (la prima de riesgo cerró el viernes en 556 puntos) y el Gobierno, junto al italiano, no ha conseguido su propósito de que el Banco Central Europeo (BCE) interviniera ya para frenar la sangría. Por inspiración del alemán Bundesbank, el BCE ha dicho que sólo actuará (comprando bonos españoles e italianos) si los gobiernos solicitan formalmente un rescate, petición que podría llevar aparejada la exigencia europea de ajustes y reformas más duros y una estrecha vigilancia sobre las cuentas públicas y la política económica del país.

Pese a ese panorama, Westerwelle, que pasa sus vacaciones en Mallorca, se mostró ayer confiado sobre la situación española. En una entrevista concedida al diario germano «The Bild am Sonntag», el ministro alemán de Exteriores sostiene que «España es un país muy sólido con una economía muy fuerte». «El Gobierno español de Mariano Rajoy ha mostrado una gran determinación a la hora de aplicar las reformas; por eso soy tan optimista sobre España», remachó.

El ministro germano deja claro, no obstante, el rechazo alemán a la «colectivización» de la deuda europea, lo que implicaría la creación de los eurobonos. «Para mí esto no es negociable. Los eurobonos engrandecerían la crisis, no la paliaría», argumenta Westerwelle. La creación de los eurobonos es defendida por España, Italia y Francia con el fin de apuntalar la confianza de los mercados financieros. Guido Westerwelle se alinea en este asunto con los mensajes lanzados por los sectores más conservadores del Gobierno de Merkel: «El euro y Europa están amenazados, no solo por la falta de solidaridad, sino también por el exceso de solidaridad», dijo.

«Con una responsabilidad compartida pondremos el euro en peligro», insiste el ministro de Exteriores, en alusión a los eurobonos. No obstante, no aclara si el Gobierno alemán se opone con la misma rigidez a la compra de la deuda por parte del Banco Central Europeo, tal y como hizo a principios de este año aliviando la presión de los mercados sobre Italia y España.

La canciller alemana Angela Merkel retoma hoy las riendas, tras sus vacaciones, en medio del debate sobre la posibilidad de someter a referéndum el futuro de la UE y la realidad de una zona euro que reclama acciones rápidas.

Italia, por su parte, también intenta distanciarse del fantasma del rescate. El ministro de Economía en el Gobierno de Mario Monti, Vittorio Grilli, aseguró ayer que Italia no necesita recurrir al fondo de rescate europeo y se mostró confiado en que, cuando sean operativos, los instrumentos dispuestos por el Banco Central Europeo (BCE) atenuarán las tensiones sobre la prima de riesgo.

En una entrevista publicada hoy por el diario italiano «La Repubblica», Grilli señaló que Italia es actualmente «uno de los países más virtuosos del mundo y de Europa», por lo que «no necesita ninguna ayuda» para nivelar el déficit: «Tenemos un superávit primario relevante, el próximo año lograremos el equilibrio presupuestario».