Oviedo, Javier CUARTAS

El plan de reducción de costes laborales que pretende acometer Liberbank, el banco que lidera Cajastur, y con el que el grupo aspira a ahorrar unos 100 millones de euros anuales, persigue la suspensión de contratos laborales durante un plazo máximo de un año que podría afectar al 60% de la plantilla de forma rotatoria (el 20% anual a lo largo de los tres próximos ejercicios), reordenación de las pagas extras y la reducción del salario bruto anual en el 7%, la suspensión de la aportación a los planes de pensiones de los trabajadores durante los próximos cuatro años, la eliminación de beneficios sociales tales como seguros médicos y pagas por nacimiento de hijos y una reducción de jornada (y la consiguiente merma salarial) en torno al 10% de media (30 minutos diarios y las tres tardes mensuales que se trabajan durante cinco meses).

La disminución de los salarios hasta situarlos a nivel de convenio podría comportar, según algunos sindicatos, reducciones del 30% o del 40% a algunos trabajadores.

Varias de las organizaciones sindicales señalaron que la dureza del planteamiento no tiene parangón en el sector, ni siquiera entre los grupos financieros que han tenido que ser intervenidos y nacionalizados, y juzgaron «inasumible» e «irracional» el planteamiento de la dirección. Otras apuntaron que la empresa se ofreció a negociar contrapropuestas de los trabajadores.

Las medidas afectarán a los trabajadores de Liberbank (Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria) y de su filial CCM. Un informe interno desvelado por Europa Press en Toledo aduce que el salario medio en Liberbank está en 49.717 euros, un 12% más que la media del sector. Pero los salarios no son homogéneos en las entidades que dieron origen a Liberbank.

Las tres organizaciones sindicales convocadas a la reunión (UGT, CC OO y CSICA) exigieron la retirada de la propuesta hasta tanto se pronuncien el Banco de España, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional sobre el plan de viabilidad que les ha presentado el grupo, que la dirección de Liberbank acredite la necesidad de acometer tales recortes dando a conocer a los representantes de los trabajadores el plan de viabilidad, que la empresa demuestre que el peso de los ajustes no recaerá sólo sobre el personal y que también se consideren medidas de mejora de la gestión y la política comercial, que la alta dirección y el consejo de administración de Liberbank «den ejemplo» y asuman recortes superiores a los que pretenden imponer y que se admita en la negociación a los otros tres sindicatos con representación en el grupo (CSI, CSIF y Apecasyc). También reclamaron que la empresa dé por escrito lo que ayer planteó para conocer la «letra pequeña».

La empresa se reservó la respuesta a las demandas sindicales hasta la próxima reunión, para la que no se estableció fecha, aunque se producirá en los próximos días.

Un sindicato dijo que el consejo y la alta dirección deben asumir recortes del 50% si pretenden reducir en un 30% el salario de algunos empleados. La empresa alega que las percepciones de la alta dirección ya están por debajo de las de las entidades que tienen ayudas públicas y que los recortes afectarán a los directivos. CSI criticó la gestión de Liberbank y reclamó la dimisión de su presidente, Manuel Menéndez.