Oviedo,

Marián MARTÍNEZ

La cúpula de Arcelor-Mittal da por concluidos los recortes en España con el acuerdo que el pasado lunes suscribió la dirección de la compañía en España y los sindicatos. En el comité europeo celebrado ayer en Luxemburgo, la multinacional alabó «el esfuerzo de los trabajadores españoles» para poner en marcha un plan de competitividad que, según los directivos, repercutirá en una mejora de la competitividad de las plantas que les permitirá optar a nuevos mercados internacionales. También se ratificó el arranque del horno alto B de Veriña en la segunda quincena de enero.

Al otro lado de la balanza se sitúan el resto de las instalaciones fabriles en Europa, para las que se anunciaron recortes de plantillas en algunas de ellas, traslados de producción, rebajas de salarios e incluso la aplicación de algunas medidas similares al «descuelgue» del convenio colectivo, como se planteó en España.

Todos estos ajustes corresponden a un plan de competitividad que la compañía ha diseñado para el quinquenio 2013-2017, una vez que se ha confirmado que la caída del 20% del consumo del acero en el continente es estructural, no coyuntural.

El comité europeo de Arcelor-Mittal, en el que participan la cúpula de la dirección en Europa y los representantes sindicales de todos los países en los que tiene implantación, analizó el ejercicio 2012 y las previsiones para 2013.

Según la dirección de la multinacional, el próximo ejercicio todavía será de fragilidad en el mercado del acero, y que en 2014 se pueda conseguir la estabilización. Pero en cualquier caso, la situación actual es de exceso de capacidad de producción y precios bajos, que dejan escaso margen de beneficios.

Arcelor-Mittal planteó ayer la necesidad de abordar un plan estratégico para el conjunto de la industria en Europa, afectada, en su opinión, por las condiciones de un mercado en el que todos los países pueden vender sus productos y se reacciona con demasiado retraso ante el «dumping» (competencia desleal que practican empresas que venden en países ajenos al suyo a precios muy inferiores a los del mercado nacional). Además, el coste de la energía es el más caro en la comparativa mundial, y las empresas se ven sometidas al cumplimiento de las más exigentes condiciones medioambientales.

Con este panorama, la cúpula de la multinacional insistió en la necesidad de abordar un plan de competitividad propio que permita reducir los costes y aumentar la productividad de sus plantas.

Consideró que España ya ha cumplido con su parte y que el nuevo plan laboral, sumado a los que se han conseguido en los grandes fabricantes del automóvil y los anuncios de producción de nuevos vehículos, situará a las plantas españolas en un buen lugar de consolidación.

Pero los problemas de Lakshmi Mittal, presidente y mayor accionista de la compañía, se multiplican en el resto de países de Europa. Por ejemplo, en Luxemburgo, donde ya ha cerrado instalaciones, se plantea aplicar una figura similar a la del «descuelgue» del convenio colectivo en España, además de rebajas salariales. También se anunció que se suspende la producción de hojalata en la planta francesa de Basse-Indre y su traslado a Florange. Pero los duros ajustes y recortes se extienden por el conjunto de las instalaciones fabriles. En las plantas del Este la situación es más compleja, ya que se plantea una reindustrialización que puede suponer miles de despidos, según los sindicatos.