El horno alto A de Veriña (Gijón), que se paró en la madrugada del sábado por una avería, arrancó ayer a las seis y media de la tarde y durante la noche se produjo la primera sangría, como se denomina en siderurgia a la descarga del arrabio por las piqueras. La avería se produjo al caer parte de una cinta transportadora que suministra el mineral de hierro a los hornos altos. Aunque oficialmente no ha trascendido la causa de la ruptura, fuentes sindicales insistieron en el deterioro de las instalaciones debido a su vejez. Según explicaron, estas cintas llevan en servicio unos 40 años, el doble de tiempo de aquel para el que fueron diseñadas. Además, también la producción ha aumentado, con lo que soportan más peso del inicialmente previsto cuando se instalaron. La parada del horno alto A no interfirió en el ritmo de producción, según confirmó la empresa. Para ello, el horno alto B produjo durante estos días a la máxima capacidad, y se aprovechó también coque almacenado fruto de la fabricación durante las navidades, cuando los talleres de acabados estaban parados para las tradicionales labores de mantenimiento.

Las previsiones de la empresa al cierre de esta edición apuntaban a recuperar la producción en ambos hornos sin dificultades para atender la elevada cartera de pedidos que tiene la planta avilesina. Mientras tanto, se realizarán las obras definitivas para subsanar la avería, que de momento se salvará con una solución de emergencia que en la compañía denominaron "by-pass". La reparación global se prolongará entre dos y tres meses.