Las térmicas de carbón de Aboño y Soto de Ribera seguirán produciendo electricidad al menos hasta diciembre de 2035, tras una reforma que ampliará su vida útil unos diez años. Energías de Portugal (EDP), propietario de Hidroeléctrica del Cantábrico, anunció ayer el inminente comienzo de los trabajos para equipar esas centrales con plantas de desnitrificación, una tecnología que permitirá reducir intensamente una parte de las emisiones a la atmósfera y cumplir las exigencias ambientales que marca la Unión Europea (UE).

Miguel Stilwell, consejero delegado de EDP en España, presentó ayer públicamente el proyecto para Aboño y Soto de Ribera como una prueba de "nuestra apuesta por Asturias". La inversión supone unos cien millones de euros, en su mayoría correspondientes al contrato para la instalación de la tecnología que recorta la polución generada por las térmicas. EDP ha adjudicado la obra a un consorcio formado por la ingeniería asturiana TSK y el tecnólogo japonés Mitsubishi Hitachi Power Systems (MHPS). Ambas sociedades negocian además una alianza para optar juntas a contratos internacionales de construcción de centrales de gas (ciclos combinados), explicó el presidente de TSK, Sabino García Vallina.

García Vallina y el vicepresidente ejecutivo de la compañía nipona, Koji Hasegawa, participaron en la presentación de los pormenores de la reforma y subrayaron, al igual que Stilwell, que el proyecto favorecerá la generación de actividad económica y empleo durante los próximos dos años. Según una estimación de EDP, las obras crearán unos 200 empleos directos y contribuirán a sostener los 400 puestos que forman las plantillas de Aboño y Soto de Ribera.

La construcción de la planta de desnitrificación de Aboño comenzará este mismo mes y garantizará la continuidad del grupo número dos de esta central, el de mayor potencia. El grupo número uno, más antiguo, podría entrar en un programa de funcionamiento limitado a partir de 2016, aunque la decisión aún no está tomada. En noviembre de ese mismo año culminará la reforma en el complejo situado en Carreño. La intervención en Soto de Ribera, sin fecha de inicio por ahora, debe estar terminada en abril de 2017. La obra de esta última central prolongará la vida útil de su grupo generador más moderno, el número tres. El otro que aún funciona (número dos) ya está acogido a un plan de cierre que culminará a finales del próximo año.

La instalación de plantas desnitrificadoras conjura el riesgo de un cierre anticipado de Aboño y Soto de Ribera, dos térmicas que en 2013 aportaron casi la mitad de toda la producción eléctrica asturiana. Su actividad es por ello clave para cubrir la demanda doméstica e industrial en Asturias. Soto de Ribera es además la central que consume todo el carbón producido por las explotaciones mineras de Hunosa. En el supuesto de que la extracción de mineral continúe más allá de 2018, cuando finaliza la autorización europea de ayudas estatales a la minería deficitaria, la continuidad de las térmicas asegura que existirá dónde quemar el carbón.

La combustión de mineral genera, entre otras, emisiones de óxidos nitrosos (NOX) y óxidos de azufre, responsables del fenómeno de la "lluvia ácida". EDP-HC ya instaló años atrás plantas de desulfuración para reducir parte de la contaminación. Ahora, la nueva reforma reducirá hasta el 80% las emisiones de NOX.