Duro trabaja en todos los frentes que tiene abiertos aunque se da por hecho que aún falta tiempo para que se resuelvan las cuestiones de mayor calado: fundamentalmente, la incorporación de nuevos accionistas y, ligado con ello, la refinanciación de la deuda y recapitalización de un tramo de ella.

Los contactos con posibles inversores siguen adelante y se mantienen conversaciones, aunque será difícil que avancen si no se dan al mismo tiempo el resto de los pasos. Lo mismo ocurre con la reestructuración y refinanciación de la deuda. De momento, todo está abierto. El grupo asiático China State Construction Engineering (Cscec), cuyos representantes en España ya se habían acercado a Duro en 2017, mantienen su disposición a participar en el capital de la empresa, aseguró ayer "Expansión", lo que no excluiría la eventual incorporación simultánea de otros inversores. Que se sepa, el fondo Bybrook tampoco se ha descolgado y sigue siendo otra opción, al igual que algunos posibles grupos familiares. Los representantes de Cscec dijeron al mismo medio que darán más pasos si se desbloquea la refinanciación y recapitalización de Duro. En cuanto a la venta de activos, prosiguen las negociaciones, aunque la enajenación de la sede madrileña sufrió otro retroceso. Duro respaldará por ello la línea de liquidez de la banca no con los recursos generados por la venta del edificio sino con un aval de 9,5 millones que acaba de liberar en un proyecto en Chilca (Perú).