El líder del PP, Mariano Rajoy, aseguró ayer en el Congreso que la huelga salvaje de los controladores ha puesto de manifiesto la «desidia y la pasividad» con que el presidente Zapatero gestiona los asuntos públicos. De hecho, le recriminó que nunca hace nada hasta que no le queda más remedio y, «entonces, lo hace como sea». Rajoy se refirió al ministro José Blanco con las palabras «inútil total con dosis de caradura» que en su día dedicó Alfredo Pérez Rubalcaba al entonces titular de Fomento del PP, Rafael Arias-Salgado.

Durante el Pleno extraordinario Rajoy expresó el apoyo de su partido a las medidas adoptadas por el Gobierno para hacer frente al caos aéreo -incluida la declaración del estado alarma-, consideró únicos culpables a los controladores y, acto seguido, acusó a Zapatero de dejar que las cosas «se deterioren hasta el límite de lo insoportable, y eso nos obliga a prestarle apoyo para buscar una salida in extremis». «Cuando los problemas envejecen por la negligencia del Gobierno, se resuelven mucho peor», añadió.

Esta forma de gobernar hace que «vivir» con Zapatero sea «ir de sobresalto en sobresalto», y «al final pasa lo de siempre»: el Ejecutivo «actúa el último día» y en la huelga salvaje de los controladores ha vuelto a suceder: «No avisaron a nadie, en un puente, en uno de los momentos del año que más personas cogen un avión. Luego los que hicieron el daño de verdad fueron los controladores», aseveró.

«Con usted los españoles no ganamos para disgustos. A veces sobran los motivos para que la gente se pregunte si hay alguien que gobierna en España», dijo. El momento más celebrado por los populares llegó cuando Rajoy sacó de sus casillas a los socialistas. Lo más suave que tuvo que escuchar fue un «cállate, tonto» proferido por un diputado.

«El señor ministro de Fomento es un inútil total, con dosis importantes de caradura porque siempre encuentra una excusa para no asumir responsabilidades». Esta frase provocó una avalancha de insultos de la bancada socialista, que se quedó muda cuando Rajoy aclaró: «Tan cariñosos epítetos fueron los que dedicó Rubalcaba en 1999 al ministro de Fomento del PP Rafael Arias-Salgado». «No seré yo quien emplee estos calificativos con el señor Blanco ni con nadie, porque no soy así», añadió el líder del PP, mientras los suyos aplaudían puestos en pie.

Tras afirmar que no existen «más culpables directos» del caos aéreo que las conductas «intolerables» de los controladores y añadir que las formas que han empleado son «ilegítimas e ilegales», Rajoy recriminó al Gobierno que en seis años no haya sido «capaz» ni de acordar un nuevo convenio colectivo que sustituya al que finalizó en 2004.

Rajoy recordó que PP sacó a convocatoria más de 1.000 plazas de controladores y en seis años el PSOE sólo 150. Añadió que en 1999 en Aena operaban 1.685.000 vuelos y en 2007 2,5 millones y que las horas extraordinarias pasaron de 676.000 en 2003 a 1.180.000 en 2009. «Y, mientras tanto, ustedes no hicieron nada», dijo. Afirmó que Blanco es «un ministro a tiempo parcial que se dedica a lo que no se tiene que dedicar». A quién se le ocurrió la «brillante idea», de aprobar un decreto «tan conflictivo» en vísperas del puente de la Constitución. «Señor Zapatero, ¿ha sido por imprevisión o por imprudencia? ¿O por las dos cosas?», preguntó.

Ese decreto es «la prueba más evidente» de las «improvisaciones y del fracaso de la gestión» del Gobierno. Ante el bloqueo aéreo, «no les quedó más remedio que aprobar un tercer decreto declarando el estado de alarma», que, a su juicio, equivale a «una proclamación de impotencia» y que, además, «sienta un precedente a la hora de abordar futuros conflictos». «Es curioso que haya tenido que llegar usted para que se aplique el estado de alarma a un conflicto laboral. Es muy curioso», concluyó.

«No hay más culpables directos del caos aéreo que las conductas intolerables, ilegítimas e ilegales de los controladores»

«El estado de alarma es una proclamación de impotencia y sienta un precedente a la hora de abordar futuros conflictos laborales»