La derrota llevó ayer a ETA a anunciar «el cese definitivo de la lucha armada» y a pedir a los gobiernos de España y de Francia que abran «un proceso de diálogo directo» para «la resolución de las consecuencias del conflicto», en referencia a sus 700 presos. Sin hablar de disolución ni de entrega de las armas, la banda hizo esta «histórica» declaración a un mes de las elecciones generales mediante un comunicado y un vídeo en castellano difundidos desde la edición digital de «Gara» y «Berria».

De esta manera, la organización terrorista afirma que deja de matar tras haber asesinado a 829 personas en más de medio siglo de historia. Su primera víctima fue la niña Begoña Urroz, a la que una bomba arrebató la vida en 1960. La última, el policía francés Jean-Serge Nerin, caía en un tiroteo el 16 de marzo de 2010.

En la grabación aparecen tres encapuchados con chapela dando lectura al texto en el que ETA proclama su «compromiso claro, firme y definitivo» de «superar la confrontación armada» tres días después de la conferencia internacional de paz de San Sebastián, a la que atribuye una «gran trascendencia política».

La banda asume esa declaración al considerar que «reúne los ingredientes para una solución integral del conflicto y cuenta con el apoyo de amplios sectores de la sociedad vasca y de la comunidad internacional». ETA añade que «en Euskal Herria se está abriendo un nuevo tiempo político» y que se trata de «una oportunidad histórica para dar una solución justa y democrática al secular conflicto político».

«Frente a la violencia y la represión, el diálogo y el acuerdo deben caracterizar el nuevo ciclo. El reconocimiento de Euskal Herria y el respeto a la voluntad popular deben prevalecer sobre la imposición. Ése es el deseo de la mayoría de la ciudadanía vasca», exige ETA tras afirmar que «la lucha de largos años ha creado esta oportunidad».

«No ha sido un camino fácil. La crudeza de la lucha se ha llevado a muchas compañeras y compañeros para siempre. Otros están sufriendo la cárcel o el exilio», dice la banda, que no dedica ni una palabra a sus víctimas. Los terroristas reconocen que, a partir de lo que espera más adelante, «tampoco será fácil», pero que «Euskal Herria ha acumulado la experiencia y fuerza necesarias para afrontar» el reto. ETA hace un «llamamiento a la sociedad vasca para que se implique en este proceso de soluciones».

De este modo, la banda pasa de la tregua «permanente, general y verificable» de hace trece meses al «cese definitivo de la actividad armada»; y lo hace usando en el comunicado las mismas palabras que figuran en la declaración de San Sebastián, y que ayer leyó su dirigente David Pla, según la identificación policial de la voz.

Expertos antiterroristas hicieron ayer un llamamiento a la cautela por considerar que en el comunicado etarra se supedita todo a una serie de condiciones, como la liberación de presos, repatriaciones de los fugados, el reconocimiento de Euskal Herria (independencia y Navarra) y el respeto a la voluntad popular. No en vano ETA ha declarado cinco treguas totales y otras tantas parciales desde su nacimiento.

El Rey don Juan Carlos, que se mantuvo durante toda la tarde en contacto telefónico con el presidente Zapatero, declaró que el comunicado de ETA «es un poco tranquilizador». Se trata del último paso de una serie de actuaciones, declaraciones y convocatorias de este último mes con el que la banda responde rápidamente a uno de los escasos emplazamiento de los batasunos. EE UU no se fía y prefiere esperar para determinar la seriedad del anuncio.