La cantante colombiana Shakira recibió su estrella en el icónico Paseo de la Fama de Hollywood, en un multitudinario homenaje en el que estuvo arropada por centenares de fans y también por sus padres, Nidia Ripoll y William Mebarak.

La múltiple ganadora de premios «Grammy» y «Grammy» latinos se mostró agradecida y emocionada por poder tener su nombre inscrito junto al de numerosos artistas de reconocido prestigio, algo que su madre ya predijo cuando era tan sólo una niña. «Cuando tenía siete años vine a Los Ángeles por primera vez y recuerdo que paseaba por el Paseo de la Fama y recuerdo cómo mi madre me dijo: "Shaki, algún día vas a tener tu nombre aquí grabado", yo creo que si alguien hubiera escuchado a mi mamá decir eso habría pensado que estaba delirando», aseguró la intérprete.

Shakira se convirtió, así, en la primera persona de nacionalidad colombiana en conseguir una estrella en Hollywood, la número 2.454 de las que figuran en las calles de la meca del cine, y dedicó ese logro a todos los que la han apoyado, y en especial a la comunidad latina de EE UU.

«Quiero compartirlo con ustedes por ese espíritu inquebrantable que nos caracteriza a los latinos, ese espíritu que sobrepasa todas las dificultades siempre con una sonrisa. Para ustedes es esta estrella. Yo creo que todos venimos al mundo con una estrella, con un talento y con un don, y luego más adelante nacen los sueños», manifestó.

La cantante, de 34 años, que debutó en la música con tan sólo 13, alcanzó la fama internacional en 1995 con «Pies descalzos», al que siguieron éxitos como «¿Dónde están los ladrones?», en 1998, y se lanzó en inglés con «Laundry service» en 2002.

Tras posar junto a su estrella ante los numerosos fotógrafos y televisiones congregadas, Shakira dedicó unos minutos a atender a sus infatigables seguidores, algunos de los cuales llevaban esperándola desde la madrugada.

La artista, pareja del futbolista español Gerard Piqué, fue honrada con otro tributo, en esta ocasión en Las Vegas, donde la Academia de la Grabación de EE UU la nombró «Persona del año», y hubo un concierto homenaje previo a la entrega de la ceremonia de los «Grammy» latinos, que se celebrará hoy en la ciudad de los casinos.

El arte pop cautivó a los coleccionistas en una subasta millonaria en Nueva York, en la que el lienzo «I can see the whole room... and there's nobody in it!», de Roy Lichtenstein, fue vendido por 43,2 millones de dólares, y «Silver Liz», de Andy Warhol, por 16,3 millones. «La obra de Lichtenstein es una de las primeras pinturas en las que el autor se apropia de la estética de los cómics, y marca lo que conocemos como pop art», dijo Koji Inoue, responsable de arte de posguerra y contemporáneo de la casa de subastas Christie's. Lichtenstein pintó este lienzo en 1961, y en él retrató a un hombre que mira a través de un hueco en una pared a la vez que pronuncia la frase que da título a la obra, «Puedo ver la habitación entera... y ahí no hay nadie».