M. CASTRO

El deterioro que están sufriendo algunas de las instalaciones de Arcelor-Mittal en Gijón por un insuficiente mantenimiento se está traduciendo en problemas de contaminación y en un descenso en la producción en algunas de las plantas, como las baterías de coque, según explican fuentes sindicales y corroboran empleados de esa instalación. La empresa mantiene que sí está efectuando inversiones en las baterías y que durante el último trimestre de este año ha iniciado el cambio del material refractario de los 90 hornos de coque de las dos baterías de Gijón, un proceso que se alargará al menos durante los primeros seis meses de 2010. Califica cualquier posible emisión de las baterías como «algo puntual».

El problema está en el funcionamiento de una parte de los hornos de las baterías con los regeneradores (un tipo de ladrillos refractarios especiales que recubren sus paredes) desgastados. Los hornos que tienen este problema no pueden funcionar a plena carga, sino que en sus extremos se introduce menos carbón para coquizar y además se reduce la temperatura en esas zonas (para evitar que revienten ambas puertas de esos hornos, de medio metro de ancho por diez de largo). Cuando hay hornos funcionando con poca temperatura en sus extremos, acaban produciéndose «humaredas negras», como las que causaron hace unas semanas alarma en Avilés originadas en las baterías de coque de Arcelor en Avilés, según las fuentes consultadas. La diferencia es que la factoría de Veriña no se ve desde la ciudad, con lo cual el problema pasa inadvertido.

Arcelor recalca que desde el último trimestre de 2009 hasta el segundo o tercero de 2010 está invirtiendo 6 millones de euros en cambiar los regeneradores. Otras fuentes consideran que lo que se está efectuando es un «parche», cuando las instalaciones precisarían una reforma más profunda y que el ritmo al que se está cambiando el refractario hace que se tengan que mantener operativas instalaciones en malas condiciones. Esto también está repercutiendo en la producción de coque en Gijón (que se destina a los hornos altos de la factoría) y que desde hace unos meses producen a un 70% de lo habitual.

Otro de los problemas causados por el mal estado de las baterías de coque es que «se cuela alquitrán en los colectores de gas, tupiéndolos, y para resolverlo se les mete aceite de linaza para disolver el alquitrán y luego agua amoniacal para limpiar el colector», añaden las mismas fuentes. Arcelor apunta al respecto que todos esos productos pasan después por un circuito de depuración y se extraen en cubas, sin llegar nunca a ningún cauce.