«Caminos del mundu» (Algamar Producciones, 2010) es el título del último y premiado trabajo discográfico del cantante y multi-instrumentista Héctor Braga (violoncello, violín, zanfona, arpa, mandolina, gaita y un largo etcétera), en el que apostó el pasado año por una fusión entre el folk europeo y la canción asturiana. Este trabajo supuso una evidente evolución de sus dos trabajos anteriores, más enfocados en la raíz tradicional: Encoplando (Fonoastur, 2004), basado en cantares y sones tradicionales de bandurria asturiana, y Trad.ye (Vaso Music, 2008), donde se mostraba un repertorio que partía de géneros de transmisión oral revestidos de un carácter introspectivo. Con su presentación en directo, Braga consolidó su actitud abierta a la formación de nuevas identidades a caballo entre la tradición y la modernidad, sin dejar de lado estilos como el rock, el blues o la música celta.

La contundencia de la banda de Héctor Braga no se debe, en exclusiva, a su figura como eje vertebrador (cuyo peso es innegable, por otra parte). El resto de instrumentistas que le acompañan también ha sido decisivo en la configuración del sonido final. Daniel Álvarez Mora (miembro de grupos como «Corquieu» o «Gueta Na Fonte») es un importante contrapunto a los registros melódicos de Braga (en este caso, con la flauta travesera y la gaita); el bajista Tino Díaz y el baterista Xuan Oliva, al igual que el guitarrista acústico Pepe Fueyo y el gaitero Marco Castañón (que ejerció como técnico de sonido del grupo) pertenecen a la banda de folk-rock «Skanda», en la que milita el propio Héctor Braga (debutando, precisamente, en la edición anterior del mismo festival); por último, Borja García, guitarrista de «Alto Volto» y de la banda de la cantante de tonada renovadora Anabel Santiago (nuevamente junto a Braga) reforzó el contrapunto eléctrico y tuvo destacadas intervenciones solistas.

El repertorio del concierto se centró, sobre todo, en este «Caminos del mundu», con piezas como «Que me oscurece», «Del emigrante», «El carboneru», «Casadina» o «Xácaras de Maruxina», que muestran su amplio abanico estilístico y los sofisticados arreglos propiciados por la banda; también hubo entregas de los trabajos anteriores, como la intimista «Texedora de Bayu» (interpretada en solitario por Braga para arpa y voz) o las más celebrativas «Carolina» y «La gaita de Pachín», que lograron la complicidad con el público desde el principio; hubo algunas sorpresas, como las interpretaciones de «Soy de Langreo» y «Si yo fuera criminal» (este último, un cantar prohibido durante varios años en algunas regiones asturianas) con acentos de rock y blues respectivamente, y la propina «Agora non», como guiño al último trabajo discográfico de la banda «Skanda, Folk & Roll Circus» (Algamar Producciones, 2010). Cabe decir que el concierto fue fluido y muy variado en su concepción, mostrando unos cuidados arreglos instrumentales y habiendo una conexión directa entre el público y los músicos muy de agradecer. Héctor Braga destacó no sólo por su destreza instrumental (factor sobradamente demostrado en numerosos proyectos) sino por su notable capacidad como vocalista, un registro que en su propuesta en solitario sabe explotar bien y en el que, además, sabe destacar.