J. L. A.

«Este premio ha sido un gran subidón». Quien así habla es el veterano actor Fernando Marrot, superviviente de todos los descalabros y triunfos del teatro asturiano. Tiene motivos para expresar ese júbilo: su trabajo en el cortometraje «Doblaje» ha obtenido el galardón al mejor intérprete en la tercera edición de los premios «Cacahué». Y, además, la cinta, que lleva la firma de otro gijonés, la del director Omar Tuero, ha sido elegida como la mejor por el público. Este certamen madrileño se creó para la promoción de cortos independientes.

«Ha sido muy agradable en lo personal», afirma Marrot, que, a sus 59 años, es un ejemplo resistente del diario esfuerzo que supone ser un profesional de la escena en una comunidad autónoma periférica en la que, según relata, se está desmoronando además la escueta estructura teatral como consecuencia de la larga crisis económica. De ahí su felicidad. «Doblaje» es el segundo corto de Omar Tuero y fue rodado, en septiembre del año pasado, en escenarios gijoneses. Tiene una duración de siete minutos y en su reparto hay otros dos actores también de la ciudad, Izar Gallo y Félix Corcuera, compañeros de Marrot en el grupo de teatro «Nun Tris».

La historia que cuenta «Doblaje» está inspirada por las circunstancias laborales y vitales a las que están obligados los proletarios de la escena española, entre ellos Marrot, según confiesa. El corto se estructura mediante dos escenas, tomadas con cámara casi fija. Marrot interpreta a un actor curtido, un «poco cansado», que trabaja en el doblaje de una película de porno gay. «Es la cruda realidad que afrontamos los actores para sobrevivir», subraya.

Marrot, que ha actuado en la popular serie de televisión «Hispania», en el papel de Orestes, es una de las voces más conocidas -y notables- de la interpretación en el Principado. Ha participado en las cuatro películas que Gonzali Producciones ha vertido al asturiano, una de las pocas vías laborales abiertas en tiempos de cierre y entierro de casi todo. La alegría por el premio «Cacahué» no empaña su visión de la realidad: «Hago teatro, animación de calle, doblaje y lo que salga, pero ahora está todo mucho más difícil que antes, cuando teníamos un circuito profesional de teatro que funcionaba».

Para Fernando Marrot, la inminente subida del IVA, contra la que ha manifestado su protesta buena parte de la profesión, será «la gota que colma el vaso»: «Es otro hachazo más en un momento en el que ya se programa poco teatro».