C. J.

El taller de energías renovables de la Politécnica de Gijón, que aúna la nueva metodología docente de Bolonia con la colaboración entre diferentes áreas universitarias y las empresas, ha obtenido sendos reconocimientos en los premios «EDP University Challenge», en los que resultaron finalistas los alumnos Fernando Álvarez, Fernando López y Claudio Álvarez con el proyecto de una granja undimotriz, y ganadores, Aída Vijande y David López, con un paso de cebra led que capta y almacena energía solar y eólica. «Fomentamos el aprendizaje basado en proyectos», explicó el profesor Manuel Rico.

El resultado de estos trabajos se presentó hace unos días en el campus gijonés junto a los responsables de EDP. La empresa ya había premiado en la pasada edición de los premios «University Challenge» a otros dos alumnos de la Politécnica de Gijón. Aquel reconocimiento fue para Víctor Sanjuán e Ígor Penín su trampolín al mercado laboral. Ambos están ahora trabajando en Duro Felguera y la ingeniería Flúor. Los profesores del taller Manuel Rico y Antonio Calleja reconocen que con la iniciativa que están llevando a cabo en el campus se fomenta la colaboración empresarial, pues «buscamos patrocinadores para becas y colaboraciones para que las empresas puedan construir sus propios prototipos». Todo, con el objetivo de que las empresas también se impliquen en el aprendizaje de los estudiantes.

El taller de energías renovables del campus ha generado, además, colaboraciones entre diferentes departamentos del campus, pero no sólo en el ámbito de la ingeniería, sino también con el área de Economía. Y para motivar al alumnado este curso convocarán unas jornadas para que los estudiantes presenten sus propios trabajos a modo «workshop» (seminario), para que se vayan a acostumbrando a este tipo de encuentros de carácter divulgativo y científico. Igualmente, «fomentaremos que los proyectos se presenten en inglés», indican los promotores del taller ratificando así su vocación internacional.

Los proyectos que se han venido presentando en las últimas fechas en el marco del taller de energías renovables estaban vinculados a los trabajos fin de carrera o fin de grado de los alumnos. Pero algunos de ellos, superada esta fase, han llegado a la fabricación del primer prototipo con el apoyo de empresas como el caso de la alumna Noelia Rodríguez, explica el profesor Manuel Rico.

Es lo que quieren conseguir también los ganadores del premio EDP de este año, David López y Aída Vijande, estudiantes de Ingeniería Técnica Industrial en la especialidad de Electrónica, que ansían la llegada de un posible inversor para poner en marcha su propia empresa y dar forma comercial, así, a su paso de cebra led. La señalización luminosa que incorpora funciona aprovechando la energía solar y eólica. El poste que acompaña esta instalación está recubierto de paneles solares e incorpora un pequeño generador eólico. «En un año se estima una producción de 11.536 kilovatios por hora», explican David y Aída, quienes observan posibilidades en aprovechar el excedente de energía que incorpora la instalación del paso de cebra led.

Para los responsables de EDP este tipo de proyectos «permiten a los alumnos diferenciarse del resto» y en un momento económico como el actual cobra doble valor, pues los estudiantes pueden dar el salto al mercado laboral con el aval de haber desarrollado su primer proyecto empresarial en la Universidad. Y en nichos de empleo verde.