Emma PRIETO

Los edificios en ruinas son un peligro potencial para los viandantes. El pasado 27 de junio, una ovetenses, María del Carmen Villar, de 49 años, paseaba por la calle Manuel García Conde en compañía de su madre y otros miembros de su familia, cuando del tercer piso del número 9 cayeron varios cascotes. Uno de ellos impactó en su cabeza causándole la muerte casi en el acto. Los acompañantes de la mujer resultaron ilesos.

El concejal de Seguridad Ciudadana de Oviedo, Gerardo Antuña, explicaba a los medios que «se descolgó el saliente del tercer piso del número 9, intervino la gente de Protección Civil que estaba en la zona con motivo de la prueba de la sidra de Gascona, pero la mujer ya había fallecido».

A pesar de la cantidad de cascotes caídos, los familiares que acompañaban a la mujer no sufrieron ni un rasguño. En su momento, los bomberos acordonaron la zona e inspeccionaron la fachada que al parecer no ofrecía ninguna seguridad. Por ello se decidió colocar un andamiaje metálico para proteger a los peatones.