La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los resultados del censo de la tercera edad en la ciudad

Mayores que cuidan a más mayores

Bienestar Social detecta 1.707 casos de ciudadanos de más de 80 años que viven con la única compañía de otra persona que iguala o supera esa edad

Un anciano con sus muletas. Fernando Geijo

Luján PALACIOS

El envejecimiento de la población gijonesa está propiciando la extensión de un fenómeno cada vez más habitual: el de las personas mayores que a su vez cuidan de otras más mayores aún. Se trata de una situación que se repite hasta en 1.707 casos en Gijón, según los datos del censo de personas mayores que estos días ultima la Fundación Municipal de Servicios Sociales.

El estudio, que toma como base a la población de más de 70 años del municipio, con especial atención al colectivo de personas de más de 80 años que viven con un único acompañante, ha dejado al descubierto una realidad en la un nutrido grupo de vecinos viven en situación de especial vulnerabilidad. No sólo hay 1.707 mayores de 80 años viviendo con personas más mayores: el 21,82 por ciento de los convivientes tienen más de 85 años, como ha podido constatar la Fundación, un dato "muy representativo", y que se corresponde en la mayoría de los casos con parejas en las que las mujeres cobran un especial protagonismo por su mayor longevidad.

El estudio impulsado desde el ámbito municipal ha tomado como base un censo de 47.197 personas de más de 70 años (en las que 28.750 son mujeres y 18.447 son hombres). De ellos, 13.759 viven solos, mientras que 8.132 tienen más de 80 años y viven con un único acompañante. Y dentro de este grupo se han contabilizado 1.107 personas de más de 80 años que viven con cuidadores que, a su vez, superan esa edad.

La Fundación Municipal de Servicios Sociales ha desarrollado en los últimos meses una campaña de llamadas a los domicilios de los ancianos, de manera que se pudieran conocer de primera mano la situación y necesidades de este colectivo ante la realidad contrastada de que muchos de ellos no acceden a los servicios sociales por desconocimiento o porque sencillamente no quieren.

La campaña de llamadas a los domicilios ha arrojado un total de únicamente 8.748 entrevistas correctas: en muchos casos los ancianos no tienen teléfono, no respondieron a las llamadas, habían fallecido, no quisieron contestar al cuestionario o habían pasado a vivir en residencias. Además, la zona rural ha sido la que más problemas de contacto ha planteado a los entrevistadores, con lo que "va a ser la zona que presente el mayor valor medio de riesgo", señala el estudio. La zona centro es la que arroja un mayor número de personas viviendo solas o con único acompañante, seguida de los distritos de la zona oeste y sur.

Una vez analizadas las respuestas de los mayores con los que se ha logrado contactar, la Fundación Municipal de Servicios Sociales ha podido determinar que el grueso de las actuaciones que deberán abordar para mejora las condiciones de vida de los vecinos de más edad deberán ir dirigidas a un centenar de personas, que responden al perfil mayoritario de hombres, de 85 años en adelante, acompañados por una persona también mayor de 80 años, procedentes de la zona oeste y que no reciben ningún tipo de ayuda. Esos ciudadanos han expresado a los responsables del estudio sus dificultades a la hora de realizar determinadas actividades de la vida diaria, como levantarse, vestirse, bañarse, hacer la comida o realizar gestiones fuera del hogar.

Pero el Ayuntamiento considera que un centenar de vecinos es una cifra exigua en comparación con el censo total de mayores en la ciudad. El número de personas en esta situación va variando y cada año deberá ser revisada con nuevas encuestas. Por eso, una de las prioridades de actuación será, como indicaba ayer la concejala de Bienestar Social, Eva Illán, la de "establecer protocolos de colaboración con los centros de salud de Atención Primaria, comunidades de vecinos y asociaciones", que son quienes mejor conocen la situación de los mayores que viven solos y pueden alertar de los casos de desprotección a los que la Fundación no ha podido llegar a través de las llamadas de teléfono.

Con ello se quieren evitar situaciones de "enfermedad o desnutrición, que son los más fácilmente detectables por parte de los servicios médicos" y ante la imposibilidad de realizar visitas individualizadas a cada persona mayor en estado de vulnerabilidad, como señala Eva Illán.

De mano, se destinará una partida inicial de 100.00 euros que se consolidará en próximos ejercicios para cubrir las necesidades de los cerca de cien mayores identificados como en situación de riesgo: desde el aprovisionamiento de electrodomésticos hasta la puesta a su disposición de personal de apoyo, así como la tramitación de las ayudas correspondientes en cada caso.

Compartir el artículo

stats