Un tercio de los aproximadamente 30 millones de metros cúbicos de materiales utilizados para el relleno interior de los muelles de la ampliación de El Musel se vertieron por tierra, procedentes al menos de cinco suministradores diferentes. La unión temporal de empresas Dique Torres, que ejecutó la obra de ampliación, obtuvo ese material de relleno a coste cero. Que el precio era determinante para la obtención de esos materiales ya lo había advertido justo después de la adjudicación de la obra el entonces presidente de El Musel, Fernando Menéndez Rexach: "La decisión sobre el relleno dependerá del precio", indicó en una entrevista con este diario en febrero de 2005. Antes de la obra, la Autoridad Portuaria había hecho un estudio de las escombreras que había en un radio de 40 kilómetros de Gijón, con 36 millones de metros cúbicos de material.

Al final, Dique Torres optó por utilizar la tierra sobrante de la cantera de Perecil como parte fundamental de esos rellenos, pero también sepultó en los nuevos muelles al menos 1,4 millones de metros cúbicos procedentes de cuatro canteras y vertederos industriales. La contraprestación era la propia retirada del material y, en varios casos, también algunos trabajos de acondicionamiento. El acarreo a la obra y el vertido del material corría a cargo de la UTE.

Un intercambio en el que Dique Torres podría haber obtenido un ahorro en coste de materiales sin repercutirlo al Puerto, mientras que los incrementos en los precios de otros materiales detectados al inicio de la obra sí se habían actualizado al alza, generando los sobrecostes de la obra de ampliación. La Autoridad Portuaria en ambos casos estaba obligada a pagar conforme a los precios establecidos en el proyecto de obra, un proyecto que fue modificado para actualizar los costes de materiales de cantera más nobles, como la escollera y el pedraplén que se usaron en los diques y los áridos necesarios para fabricar hormigón. El precio del relleno no sufrió incrementos en el proyecto modificado.

La obtención de materiales de obra de forma gratuita por Dique Torres es una de las cuestiones que se recogen en el informe de la Oficina Europea de Lucha Contra el Fraude (OLAF) sobre supuestas irregularidades en la ampliación de El Musel y que están estudiando ahora la Comisión Europea, el Gobierno y la Fiscalía Anticorrupción.

Los responsables de la Autoridad Portuaria cuando se ejecutó la obra de ampliación vinculan las sospechas de la OLAF respecto a los supuestos fraudes en tonelajes y precios de los materiales al relleno que Dique Torres obtuvo en la cantera de Perecil, propiedad de Tudela Veguín. De ahí salió la mayor parte del material de relleno que se vertió desde tierra. Personas que participaron en la obra señalan que con la eliminación de ese material Dique Torres acondicionó terrenos de Tudela Veguín y abrió nuevos viales internos de la cementera. Se trataba de varios millones de toneladas de tierra inútil para la fabricación de cemento y que, por tanto, suponía un estorbo para la compañía asturiana.

No ha trascendido si el informe de la OLAF se ciñe a los estériles de la cantera de Perecil-La Hoya o incluye otras cuestiones.

También llegó material de relleno de la escombrera de Mina La Camocha, de la que se trasladaron a la obra de El Musel 686.052,49 toneladas en el segundo semestre de 2010, tras la mediación del expresidente de El Musel Fernando Menéndez Rexach entre la mina y la UTE. Informes de los administradores concursales de Mina La Camocha, remitidos al Juzgado de lo mercantil de Gijón, explican el proceso. Tras un primer contacto fallido con Dique Torres, que mostró un interés relativo en los escombros, si los obtenía a coste cero, los administradores lograron acceder a Rexach, a través de la exalcaldesa, para pedirle su mediación. Rexach "se ofreció a realizar una gestión con los dirigentes de obra de la UTE a fin de ver las posibilidades, siempre a coste 0,00 de que se hicieran cargo de la mayor parte posible de estériles" de la mina, lo que permitió ahorrarse el coste de trasladar ese material fuera de los terrenos mineros, según el informe, que atribuye el interés de la operación más a la mina que a Dique Torres.

En 2007 había sido Dique Torres la que se había dirigido entonces al dueño de la mina, que le pidió 1,2 euros por tonelada para entregar a la UTE los 3,12 millones de toneladas almacenadas en las dos escombreras de la mina. No aceptaron. Fuentes próximas a Rexach negaron ayer cualquier intervención del puerto en el acuerdo con la mina señalando que se limitaron a remitir a los responsables del pozo a la UTE.

Cuando en 2010 hubo acuerdo a coste cero, Dique Torres estaba buscando vertidos de obra para abaratar costes. Además del material de La Camocha, también obtuvieron unos 800.000 metros cúbicos de desechos de obra depositados en el vertedero de Ecoterra en Carbaínos (Cenero); 200.000 metros cúbicos del vertedero de Bernardo y Ovalle, en la Campa Torres, y 200.000 metros cúbicos del vertedero de Arcelor-Mittal en el Cotarón (Carreño).