Viajeros al tren. Y a las maquetas. Los aficionados a los artículos ferroviaros acuden este fin de semana a la llamada del revisor prestos a llevar a cabo nuevas adquisiciones para renovar y ampliar sus colecciones gracias a la decimoséptima edición del mercadillo que anualmente organiza la Asociación de Amigos del ferrocarril Don Pelayo de Gijón, en colaboración con el Museo del Ferrocarril.

"Son fechas cercanas a la Navidad y es un momento ideal para que la gente venga aquí y haga un regalo a sus seres queridos o a sí mismo. Tenemos de todo lo relativo a lo ferroviario", asegura el presidente de la asociación Jesús Suárez que disfrutaba conversando con amigos del gremio el primer día de una exposición que va sobre rieles. "Este es el mejor momento para ampliar y renovar la colección de uno. El que colecciona es insaciable", sostiene Suárez.

El mercadillo se convierte cada año en un punto de encuentro. No sólo para adquirir o canjear los materiales sino para intercambiar ideas y puntos de vista sobre cómo se saca mayor partido a las adquisiciones.

La oferta es amplia. Desde libros y películas relativos a la locomoción hasta un amplio abanico de modelismo, coleccionismo, forondotelia -que agrupa todo lo relativo a los billetes del ferrocarril-, filatelia, bibliografía, acciones de compañías, fotografías o postales. Modernos y antiguos. Hay trenes y tranvías, locomotoras eléctricas y de vapor. Incluso furgonetas, coches y camiones.

"Lo que más éxito tiene es el material rodante", explica Amara del Peral, expositora madrileña que viene a Asturias a participar cada año en el encuentro del Museo del Ferrocarril. "Es una de las regiones donde más afición hay, nos sorprende la cantidad de gente que viene", valora Del Peral. "Lo que más se demanda es la reproducción de ferrocarriles españoles. Vagones, principalmente", profundiza Ángel Enrique Rico sobre los productos de mayor tirón.

El público que acude a la cita es variopinto. Aunque lo evidente es que es un juego de niños para adultos. Algunos transmiten la afición de padres a hijos, comparten la colección y disfrutan juntos. Es el caso de Aniceto Rodríguez, coordinador de la muestra y Pablo Rodríguez que desde los diez años es aficionado al mercado ferroviario en miniatura. Si no encuentra lo que busca no se desanima y da rienda suelta a la imaginación. "Hay gente que compra como base para hacer modelismo. Compras uno parecido y lo pintas para hacerlo lo más realista posible", revela Pablo Rodríguez.

La muestra también destaca por sus complementos. La decoración inmobiliaria ferroviara. Así lo define Amara del Peral, experta en montaje y pintura de estructuras que dotan de realismo cualquier maqueta. "Es la vida real en miniatura. Existe desde las personas en la estación, el kiosco de prensa con el dependiente, el chico de correos, personal ferroviario y de mina. Absolutamente de todo lo que uno se pueda imaginar para decorar cada maqueta", sostiene. "Hay hasta clubs de alterne y mujeres en topless", añade entre risas.

El único hándicap para disfrutar del hobby es el espacio. "¿Cuánto espacio estás dispuesto a hipotecar en tu casa en favor de las maquetas?", se pregunta Amara del Peral. La clave es un sitio donde no suponga un trastorno. Cuanto más grande sea la habitación habilitada mayor será la superficie para la recreación de una afición donde el precio es muy variable. Si bien hay piezas para todos los bolsillos no faltan apasionados que no ponen límites al precio. "Un compañero vendió una locomotora por 1.285 euros la semana pasada", espeta del Peral.

Hoy, de 11.00 horas a 14.00 horas se retoma la actividad en el museo donde se congregan expositores de varias regiones de España.