Los técnicos de la Consejería de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medioambiente han elaborado cinco alternativas para reactivar la Plantona, volviendo asía a realzar un tratamiento básico de las aguas residuales antes de su vertido al mar. El coste y plazo de estas alternativas oscilan entre los 1,4 y 2,4 millones de euros y entre los tres y seis meses.

Principado y Ayuntamiento de Gijón han unido fuerzas para reclamar al Ministerio de Medio Ambiente que instale dentro de la Plantona unas instalaciones temporales para el desengrasado, desarenado y desodorizado de las aguas residuales, en tanto no se solventen los problemas legales que impiden la entrada en servicio de la depuradora del Este, después de los juzgados fallaran a favor de los vecinos de la colonia de El Pisón, al considerar que la construcción de la planta incumplió el reglamento medioambiental que obligaba a que estuviera a más de dos kilómetros de cualquier núcleo habitado.

El problema añadido se produjo porque a la par que las lineas de tratamiento de agua de la nueva depuradora permanecen fuera de servicio por los problemas legales, las antiguas instalaciones ya no disponen de las lineas de desarenado y desengrasado, que fueron demolidas en previsión de la entrada en servicio de la depuradora.

La Dirección General de Calidad Ambiental del Principado ha elaborado ahora las cinco alternativas para instalar nuevos equipos de desarenado y desengrasado en la estancia de unos 1.000 metros cuadrados en la que estaban las viejas instalaciones y que actualmente se utiliza como almacén de material.

Las alternativas son una instalación fija y cuatro variantes de una instalación modular. La instalación fija es la que mayor capacidad de tratamiento de aguas aportaría, 2.000 litros por segundo, que es una capacidad similar a la existente en la Plantona antes de la demolición, aunque los parámetros de diseño por la menor disposición de espacio harían que esta instalación tuviese algunas limitaciones respecto a la demolida. Su coste sería de 1.730.163,71 euros y el plazo de ejecución de la obra de seis meses, según los cálculos de los técnicos regionales. Esta instalación tiene otro pero, que una vez que deje de ser necesaria al entrar en servicio la depuradora, habría que demolerla.

Las instalaciones modulares, que no requieren obra civil, tienen, en cambio, la ventaja de que cuando dejen de ser necesarias pueden trasladarse a otra localidad para reutilizarlas.

De las cuatro variantes modulares, la más económica, con un coste de 1.396.975,10 euros consistiría en la instalación de cuatro equipos compactos con 200 litros por segundo de capacidad cada uno. Los 800 litros por segundo que tendrían en conjunto, sin equipos de tamizado fino y alimentados por bombas centrífugas, son una capacidad suficiente para tratar todo el caudal de aguas residuales que llega a la planta, siempre que no llueva.

La opción más costosa, que ascendería a 2.457.398,06 euros, implica instalar ocho equipos modulares, con una capacidad conjunta de 1.600 litros por segundo, capacidad próxima al caudal que se requiere para el tratamiento de toda el agua de la población atendida en tiempo lluvioso, que es de 1.800 litros por segundo.

Las alternativas modulares, además de su reutilización cuando dejen de ser necesarias en Gijón, se podrían instalar en un menor tiempo, entre 3 meses la más barata y 5 la más cara. Además, podrían entrar en servicio con anterioridad, dado los módulos se pueden instalar por separado a medida que se construyan. El plazo de construcción para cada módulo está estimado en un mes.