La OTAN debe prepararse mejor para afrontar amenazas no convencionales en los próximos diez años, dotarse de una defensa antimisiles y potenciar sus relaciones con Rusia, según el informe presentado ayer por un grupo de expertos como base para su nuevo concepto estratégico. El documento insiste también en que la OTAN defina las condiciones de sus misiones en el exterior, mantenga una disuasión nuclear y continúe sus reformas internas para mejorar la gestión de recursos menguantes.