Tokio / Seúl, Agencias

Japón y EE UU planean desplegar aviones no tripulados «Global Hawk» desde una de las bases estadounidenses en territorio nipón, lo que les permitiría aumentar la vigilancia sobre Corea del Norte ante sus repetidas amenazas nucleares, informó ayer la agencia «Kyodo».

Equipados con sofisticadas cámaras y sistemas de comunicación, estos «drones» pueden alcanzar cerca de 18.000 metros de altitud, aproximadamente el doble de la que alcanza un avión de pasajeros, y volar durante más de treinta horas en piloto automático.

El probable despliegue de este tipo de aviones espía se enmarca en un momento de tensión sin precedentes en la península coreana, después de las informaciones que revelan el posible montaje de misiles de alcance intermedio en lanzaderas móviles del Norte.

Ante tal movimiento, Seúl y Washington vigilan de cerca las instalaciones en las que se cree que Pyongyang podría albergar sus proyectiles Musudan, cuyo rango se estima en unos 4.000 kilómetros, una distancia que les permitiría alcanzar las bases estadounidenses de Guam y el territorio de su aliado Japón.

Además, este tipo de aviones permitiría observar los movimientos en la central nuclear norcoreana de Yongbyon, después de que el régimen de Kim Jong-un anunciara esta semana que reactivará su reactor atómico de 5 megavatios, detenido en 2007 tras un acuerdo de desnuclearización, para usos militares y civiles, informa «Efe».

Según las fuentes bilaterales consultadas por la agencia «Kyodo», los aviones, que no cuentan con capacidad de atacar, podrían despegar de la base militar estadounidense de Misawa, en la prefectura de Aomori (norte de Japón).

Actualmente, EE UU cuenta con tres aviones «Global Hawk» en su base militar de la isla de Guam, en el Pacífico, destinados a observar el movimiento de patrulleras en esa zona. Aviones de este tipo ya fueron usados en Japón para observar la actividad en la central de Fukushima, después del tsunami de 2011.

Corea del Norte ha prolongado durante casi un mes una agresiva campaña de amenazas contra el Sur y EE UU, desde que el pasado 7 de marzo la ONU impuso nuevas sanciones al país comunista por su prueba nuclear del mes anterior.

Mientras tanto, el líder norcoreana ordenó en marzo a los trabajadores de la industria armamentística del país incrementar la producción de artillería «para asegurar un rápido ataque preventivo», informó ayer la televisión estatal norcoreana. La cadena emitió un reportaje sobre una reunión de trabajadores de la industria de defensa norcoreana presidida por Kim Jong-un el pasado 17 de marzo, en la que pidió a los empleados «garantizar absolutamente la calidad de nuestra artillería y proyectiles para asegurar un rápido ataque preventivo a nuestros enemigos». El joven líder, cuya edad se estima en 29 o 30 años, expuso durante su arenga, recogida por la agencia surcoreana «Yonhap», que «una vez que estalle la guerra», tendrán que destruir las posiciones militares y las instituciones gubernamentales clave de los enemigos «con un ataque rápido y repentino».