El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas rusas, el general Valeri Gerasimov, aseguró ayer que, en los últimos dos años, desde que comenzó la intervención de Moscú en la guerra de Siria, han sido "eliminados" más de 54.000 "elementos de grupos armados ilegales", denominación que, como la de terroristas, engloba para Rusia, al igual que para el régimen de Damasco, tanto a yihadistas como a rebeldes de otros tipos.

El jefe del Estado Mayor ruso aseguró que los "grupos terroristas" combatidos disponían de 1.500 carros de combate y vehículos blindados, más de 1.200 morteros y otras piezas de artillería. "Tenían cantidades suficientes de armas que recibían del extranjero", señaló.

Además, aseguró que también hay instructores de EE UU, Europa occidental y Oriente Medio que entrenaron a los mandos "terroristas" en campos específicos. "En algunos casos, oficiales de estos países dirigían directamente a las formaciones armadas ilegales", afirmó.

Rusia participa en la guerra de Siria, apoyando al régimen del dictador Bashar al Assad desde septiembre de 2015, cuando puso en marcha un despliegue militar aéreo alegando la necesidad de frenar el avance de grupos terroristas como el Estado Islámico (ISIS) y el Frente al Nusra. En la práctica, Rusia ha atacado en cada momento a los grupos, yihadistas o no, que mayor peligro representaban para las fuerzas del régimen de Damasco.

"En dos años los militares rusos lograron cambiar el curso de la guerra, derrotar a las grandes formaciones terroristas y liberar ciudades clave" en Siria, destacó el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas rusas.

Por otra parte, y tras los serios reveses territoriales que está sufriendo el ISIS en Siria y en Irak, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, advirtió ayer de que el grupo yihadista puede centrarse más en preparar atentados terroristas contra países de la Alianza. "Esto es una lucha global, no sólo en Irak o Siria, sino también en otros países y en las calles de Occidente", dijo.