Langreo, L. M. D.

Uno de los factores que, según el informe concursal, llevaron a Venturo XXI a no ser rentable fue la «sobredimensión» de sus recursos materiales, la excesiva inversión realizada en distintos tipos de equipos que no se rentabilizaban de forma suficiente. Según explicaron acreedores de la compañía, las facturas de compra de algunos de estos equipos «están claramente infladas».

Desde la empresa Azimut S.A., una de las compañías más perjudicadas por la insolvencia de Venturo XXI, se explicó que «el coste de las licencias de cartografía (que deben pagar este tipo de firmas para poder entrar en funcionamiento) «son claramente excesivas». El documento establece que Venturo XXI pagó en este concepto 680.000 euros, una cantidad que según los responsables de Azimut S.A, «está claramente hinchada, es excesiva». Otros equipos, además, se adquirieron directamente a otra empresa propiedad de los promotores de la cartográfica, los empresarios Manuel y José Antonio Coronado. Así, Venturo XXI compró a Aticsa (que también está en proceso de liquidación) software y equipos por valor de al menos 110.800 euros.

Esta misma compañía, Azimut S.A., ha presentado una reclamación judicial en la que exigía la devolución de 172.549 euros que le adeuda Venturo XXI. Este proceso está en suspenso a la espera de que el Juzgado determine su posible competencia, dada la situación de concurso de acreedores en el que se encuentra la compañía. Estos acreedores están dispuestos incluso a denunciar a los miembros del consejo de administración.