Párroco comprometido, profesor de instituto, gran conversador, hincha del Madrid y "sobre todo muy buena persona". Las muestras de agradecimiento y afecto se sucedieron a lo largo de la jornada de ayer al conocerse el fallecimiento de Luis Fernández Alonso, responsable de la parroquia de Lada durante el último medio siglo. Fernández murió en la Casa de Sacerdotal de Oviedo a los 78 años, tras una larga enfermedad y después de verse obligado a abandonar su labor pastoral en los últimos meses. Sacerdotes de la comarca del Nalón y feligreses destacaron la bondad de Fernández, su cercanía y humildad, y su implicación con los problemas de los fieles y de los vecinos de Lada.

"Se le va a echar mucho de menos. Es difícil que aparezca otro como él; la gente del pueblo le apreciaba muchísimo porque era muy cercano y se lo ganó todos estos años", resumió ayer Olvi Álvarez, presidenta de la asociación " La Flor" de Lada, para añadir a continuación: "Era habitual verle hablando con vecinos por la calle. La gente podía contar con él cuando estaba pasando un mal trago. Era muy buen cura y, sobre todo muy buena persona". Álvarez también hizo hincapié en la colaboración prestada por Fernández en las iniciativas impulsadas por "La Flor". "Solía apoyarnos en las cosas que organizábamos y nos cedía los locales de la iglesia el 31 de diciembre para repartir la uvas y poder celebrar el Fin de Año con la gente".

Fernández -"Don Luis" para los vecinos de Lada- era natural de San Juan del Coto, en Carbayín. Se formó para ser sacerdote en el Monasterio de Valdediós, en el de Arbás y en el Seminario de Oviedo, donde coincidió con José Antonio Couso, párroco de La Felguera. "Era una persona muy apacible y muy cercana con todo el mundo. Del tiempo del seminario recuerdo que jugaba muy bien al fútbol, de defensa creo recordar. Se disputaban partidos entre filósofos y teólogos, o con la gente que venía de los colegios y Luis solía participar".

Tras ser ordenado sacerdote en 1960, con apenas 23 años, Fernández fue destinado a parroquias como Poago, Fresno y Cenero. En 1963, llegó a Lada como coadjutor y, al poco tiempo, sustituyó a Don Román como párroco. Su implicación trascendió la labor pastoral y fue impulsor de actividades culturales y de ocio como las excursiones y viajes organizados por la parroquia tanto por España como por otros países. Habitual de las tertulias con vecinos, también solía reunirse las tardes de los domingos con otros párrocos de la comarca para charlar y echar una partida al tresillo, un juego de cartas. "Estaba muy implicado con los feligreses y con sus problemas. Conocía a cada uno de ellos por su nombre y apellidos; era una persona muy querida por todo el mundo", relató Couso. Fernández no sólo era conocido en Lada. También dio clases de Religión en varios institutos como el Santa Bárbara de La Felguera y el Jerónimo González de Sama.

José Ángel Pravos, arcipreste del Nalón, también resaltó la figura de Fernández. "Personificaba la sencillez y la bondad; la gente le quería mucho. Cuando enfermó se resistía a irse de Lada porque aquí estaba en su pueblo, arropado por su gente". El cuerpo de Fernández llegará a las doce de hoy a la iglesia de Lada, donde permanecerá hasta las cuatro y media de la tarde, hora en que se celebrará un funeral. Después será llevado a San Juan del Coto para recibir sepultura.