Hace unas semanas que llegó a mis manos el libro "El oro de Salave. Minería, especulación y resistencia". Publicación importante, escrita por un colectivo y publicada por la editorial Cambalache, dividida en dos partes. En la segunda se analiza el porqué de la lucha contra el proyecto de una mina de oro en el occidente asturiano, las concordancias que existen con el filón gallego de Corcoesto y las luchas contra la minería del oro en Grecia. En la primera se mencionan los castros mineros y analizan la existencia del oro en la zona; la historia del yacimiento; la amenaza de su explotación y el tremendo impacto medioambiental.

No es de extrañar que tan antiguo como la afición al oro sea el recelo que despierta su extracción. Todos sabemos, estas páginas lo explican mejor, la contaminación de todo tipo que produce la explotación de yacimientos con muy baja ley del mineral, a costa de producir millones de toneladas de desechos contaminantes. Algo chirría cuando para extraer 136 toneladas de oro son necesarios: 17.500 tm de cianuro, 11.400 de ácido clorhídrico, 33.600 de arsénico, 25.500 de sosa cáustica, 68.300.000 de otros residuos contaminantes y 489.000.000 de escombros. Nos hablan de los ·gloriosos" proyectos de puerto deportivo o de la construcción de 3.000 viviendas en Serantes, cuando en cualquier parte del mundo las minas de oro, lejos de mejorar los niveles de vida traen aparejada la expoliación de la propiedad de la tierra y el incremento de los niveles de pobreza, a la vez que decae la actividad agrícola, ganadera y pesquera. ¿Cuántos empleos se van a destruir en un modelo económico ya consolidado?

Respuestas para un modo de vida racional a los interrogantes de impacto sobre lagunas, ríos, acuíferos, política ambiental, compra de voluntades?Todo perfectamente estructurado y desarrollado en el libro: hasta nos aclara el significado de "poner los patos en fila". Compren el libro y lo entenderán.

Hay voces que abogan por la desaparición del lobo en la campiña asturiana; que defienden a capa y espada el modo de vida tradicional en las aldeas (cuestión que me parece perfecta y sistema de vida al que debemos retornar) y que jamás han dicho una palabra en defensa del occidente asturiano y en contra de la mina de oro de Salave. ¿Cuándo lo van a hacer?

Conozcan las bondades del cianuro y su interpretación en un somero balance de los accidentes ocasionados a través de dos décadas: 1983, Montana (EEUU); Pegasus Corporation derramó 684.000.000 litros de solución de cianuro de la mina de oro de Whuitehall. 1990, Carolina del Sur, (EEUU); el fallo de una presa provocó el derrame de 45.000.000 litros de solución de cianuro en la laguna de Little Fork y el río Lynches. 1992, Australia, mina del Lago Cowall de Barrick; un accidente provocó el derrame de 40 toneladas de cianuro. 1994, Suráfrica; el fallo de la presa de la mina de Harmony Gold provocó la muerte de, al menos, 10 personas barridas por el cianuro. 1995, Guyana, mina de oro Omai de la Cambior Mining Company; 3.870.000.000 litros de solución de cianuro alcanzaron el mayor río del país, accidente que destruyó toda forma de vida acuática y afectó la salud de sus ribereños. 1998, Montana (EEUU), mina Zortman-Landusky; de nuevo la Pegasus vertió 175.000 litros y contaminó importantes fuentes de agua con solución de cianuro. 1998, Kyrgyzstan; en la mina de oro Kumtor de Centerra Gold casi dos toneladas de cianuro cayeron al río Barskaun, cuando el camión que las transportaba se precipitó por un puente; cuatro personas murieron y varios pueblos tuvieron que ser evacuados. 2000, Rumanía; vuelve a fallar una presa y se desparraman hasta 100 tm de cianuro en el río Tisza, afluente del Danubio, y, además, afectó a las fuentes de agua de cuatro países colindantes: el peor caso de contaminación en Europa. 2000, Papúa, Nueva Guinea; a un helicóptero de la mina de oro Tolukuma, de la DRD Gold Ltd., se le desprende un bulto con una tonelada de cianuro en las aguas de la selva. 2002, Nevada (EEUU); 224.000 litros de solución de cianuro se derramaron a los ríos entre dos minas. 2003, Nicaragua; derrame de cianuro en el río Bambana, que causó la muerte de doce niños. 2004, Australia; a pesar de la negación de la compañía Barrick y Newmont, se comprobó que desde la mina de oro de Kalgoorlie, durante diez años, se habían contaminado las aguas subterráneas con cianuro. 2004, Papúa; mina Misima de Placer Dome, en la que un derrame de cianuro contaminó el océano. Entre 1994 y 2006, en Ghana, diferentes minas de oro contaminaron fuentes de agua potable en diferentes pueblos, afectando a la salud pública y la agricultura, y provocando evacuaciones masivas. 2005, Laos; un derrame de cianuro envenenó al menos a 60 personas por ingerir peces y agua contaminados. 2005, Filipinas; mina Rapu Rapu, de Lafayette Mining; dos vertidos contaminaron las aguas cercanas a la mina. 2009, Ghana; la mina de oro de Ahafo de Newmont, compañía adherida a las mejores prácticas, fue condenada con una multa de cinco millones de dólares por el vertido de cianuro. 2003 y 2009, Honduras; la mina de San Andrés de Yamana Gold contaminó con cianuro el río Lara, curso de agua conectado con el río que suministra el agua a la región de Santa Rosa de Copán.

Podría seguir con los recientes accidentes en China y en Perú (2013), claro que esto es una pequeña muestra de los riesgos que entraña la lixiviación con cianuro en las minas de oro, aunque algunos quieran hacernos comulgar con ruedas de molino describiendo sus beneficios.