El escalador vasco Juanito Oiarzabal hizo ayer una férrea defensa de la escalada pura, sin ayuda de oxígeno u otros elementos externos, aquella en la que montaña y montañero miden sus fuerzas cara a cara. "El día en que no pueda subir, no lo haré, pero no voy a usar oxígeno artificial para subir una cumbre", expresó. Oirzabal, invitado estrella de la clausura del Foro Comunicación y Escuela que promueve el instituto Elisa y Luis Villamil, transmitió ayer a los estudiantes un mensaje de superación y esfuerzo para conseguir los sueños y metas que uno se ponga en la vida.

Les narró su reto de subir por segunda vez las catorce cumbres del planeta. Solo le quedan cuatro, aunque duda si podrá lograrlo por culpa de una arteria que se le obstruye y le provoca edemas pulmonares por encima de los 8.000 metros de altitud. El próximo verano se enfrentará a una de las cuatro montañas que le separan ahora de su reto y allí comprobará su limitación: "Voy a ir sí o sí, lo comprobaré in situ, si me vuelve a dar el edema dejaré el proyecto". Si la salud se lo permite, espera cumplir su sueño en dos años. "Si soy capaz de hacerlo y me mantengo con vida, pasarán muchos años hasta que alguien pueda repetirlo", zanjó.

El vasco rememoró ayer en Castropol una de sus experiencias más duras, su segunda ascensión al K2, la montaña de 8.611 metros que le costó la amputación de los dedos de los pies.

Oiarzabal es una de las tres personas en el mundo que han subido hasta su cima por segunda vez. Transmitió a los estudiantes la importancia de buscar una motivación en la vida y después formarse para mejorar. "Para ser un buen escalador hay que nacer, después hay que formarse y tener capacidad de entrega, lucha y sufrimiento".

El escalador recibió el "Pupitre de Honor", la máxima distinción de este proyecto educativo. Un galardón que también recayó en el Museo del Prado, en el empresario abulense Aurelio Delgado y en el presidente de Industrias Lácteas, Francisco Rodríguez. Este último no sólo comprometió su apoyo a futuras ediciones del Foro, sino que invitó a la organización a fomentar el interés de los jóvenes por el campo. Rodríguez destacó la necesidad de hablar de formas modernas de explotación para lograr "el milagro" de que las nuevas generaciones vuelvan a interesarse por la agricultura: "Hace falta plantearse un nuevo modelo de ganadería que permita a las gentes soñar otra vez con que el campo es no solamente una actividad rentable, sino grata". Por su parte, Delgado precisó que el Foro es un ejemplo de lo que son capaces los pueblos cuando creen en algo. El Foro también entregó otros premios, entre ellos a los medios de comunicación por su difusión.

El Foro veigueño cerró ayer una exitosa edición, convencido, en palabras de su coordinador, Luis Felipe Fernández, de que "no se debe renunciar a nada en la formación de los jóvenes".