La tesis recién formulada por el ministro Miguel Sebastián parece un eco de aquella de la crisis positiva que los más viejos del lugar aún recordarán. En dos palabras: cuanto más rápida y profunda sea la caída de la economía antes y con más fuerza se saldrá del agujero.

Realmente se trata de una perogrullada sin ninguna base conceptual o histórica. En buena lógica, uno puede caer de cabeza por un abismo y jamás salir de la sima. Cuanto más profundo sea el pozo y más deprisa se caiga, peor será el porrazo y más difícil la remontada.

En cualquier caso, hay pistas para pensar que tal es la idea fuerza de ZP. De otra forma no se explica que la huelga de camioneros la haya encabezado un alcalde socialista. El sector se encuentra en una situación insostenible, así que cuanto antes se derrumbe la parte irrecuperable -de paso se beneficia a los monopolistas, a los fuertes, como siempre hacen los progres-, mejor para el Gobierno que está en el inicio de la legislatura. Vale el mismo argumento para la redada en el Ayuntamiento socialista de Estepona. O las subidas salvajes, del 15 por ciento, en el recibo de la luz.

Como acompañamiento, lo de siempre: leña a la Iglesia con la reforma de la ley de Libertad Religiosa recién anunciada -mientras los dos principales defensores de los valores católicos sean un ateo y un evangélico es difícil que tomen en serio a la Iglesia- y técnicas de intimidación a la sociedad, como ese anuncio de que «las pensiones pondrán pronto en apuros al Estado». Hombre, en apuros se verán los pensionistas.

Hay que precipitar y acelerar la crisis y dar los palos previstos ahora que están lejos las elecciones.

Y si alguien duda de lo que se avecina, que mire: en Italia van a sacar al Ejército a la calle contra los desórdenes y en EE UU se están creando ciudades de tiendas de campaña porque la gente se queda sin casa.