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El constructor de puentes

Me entero desde esta orilla del golfo de gascuña del fallecimiento brutal de Aurelio Argel. Con él desaparece uno de los raros conocedores del día a día de la musical folk internacional y en particular de la evolución estética e histórica de la música folk en el Arco Atlántico europeo, y si somos aún más precisos de la música celta que construye puentes entre la tradición musical de Asturias y Galicia con la de la Bretaña francesa y las Islas Británicas.

Argel, aunque desde hace algunos años no frecuentaba el Festival Intercéltico de Lorient por razones profesionales, fue un seguidor permanente de cada edición desde mediados de los noventa. Y dejó huella en el círculo de periodistas internacionales que cada año siguen nuestra manifestación cultural.

Pero mas allá de sus peripecias profesionales, fue un hombre muy apreciado en el círculo de amistades bretonas que supo tejer.

Apasionado de la cultura asturiana, estuvo siempre del lado de los que la defienden con una visión universal.

Decididamente 2018 no ha comenzado bien para los que defendemos que ser ciudadano del mundo es ser de un lugar concreto del planeta y no de ninguna parte.

Yo no pude estar, pero me consta que Argel vivió la fiesta de cierre del Cá Beleño hasta el último minuto. Con su pipa en la mano. Espero encontrarle con ella encendida cuando me toque pasar al otro lado y que haya reservado un vaso del whisky que nos gusta para desearnos salud y brindar por la amistad y los buenos tiempos que otros construirán. Un afectuoso recuerdo para su familia.

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