Colunga, R. DÍAZ

Las facturas del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) del concejo de Colunga están en la media de la comarca, aseguró ayer el equipo de gobierno, que encabeza Rogelio Pando. Aunque el Ayuntamiento de Colunga aplica los tipos de gravamen más altos de la comarca oriental, la última revisión catastral se realizó en el concejo en el año 1999, lo que implica que los valores de los inmuebles ya existentes son, por lo general, sensiblemente menores a los del resto de los concejos del Oriente, salvo los de Cangas de Onís, donde el último «Catastrazo» se produjo también hace una década. Todo ello implica que el importe final de las facturas del IBI de Colunga se sitúa en la media de la comarca oriental: por debajo de las de municipios como Cabrales o Llanes y por encima de Ponga, Cangas, Caravia o las Peñamelleras.

Colunga y Cangas de Onís son los municipios con la revisión catastral más antigua. El Ministerio de Economía y Hacienda calcula que la próxima revisión se realizará en estos dos concejos en 2011. En los concejos de Llanes y Ribadedeva las últimas revisiones catastrales se realizaron en 2004. Amieva, Cabrales, Onís, Peñamellera Alta, Peñamellera Baja y Ponga vieron cómo se revisaban sus valores catastrales en 2006, mientras que un año más tarde se modificaron los de Caravia, Parres y Ribadesella. En 2008 el Catastro General revisó los valores de los inmuebles del concejo de Piloña.

Este último municipio ha bajado el tipo de gravamen para compensar el «Catastrazo», duramente criticado por los vecinos de la zona rural del concejo.

También en Ribadesella se han registrado protestas vecinales por la subida del valor catastral de los bienes rústicos, que han provocado subidas en las facturas del IBI del concejo de hasta más del 500 por ciento. Las autoridades municipales han prometido revisar a la baja el gravamen aplicado. Los dirigentes locales pueden reducir la cuota del IBI hasta en un 90 por ciento.