Carreña (Cabrales),

Rebeca AJA

El complejo de Llanu Molín iba a ser muchas cosas, pero lo cierto es que los invernales de Carreña siguen siendo un conjunto de cabañas a medio rehabilitar. Casi tres lustros después de que se ideara, por primera vez, una medida de recuperación, este conjunto arquitectónico ha ido pasando de programa en programa electoral sin que los sucesivos gobiernos municipales hayan logrado culminar ni su recuperación integral ni su explotación.

El actual ejecutivo socialista opta, ahora, por desprenderse de este complejo de cabañas, lo pone a la venta y abre la puerta a la iniciativa privada. Su socio de gobierno, el Partido Independiente de Cabrales, consensuó, tras las elecciones municipales de 2007, un plan de trabajo que proyectaba rescatar del abandono Llanu Molín para reconvertirlo en alojamientos rurales. Pero antes ya lo había intentado el Partido Popular, al frente de la Alcaldía durante varias legislaturas. Incluso el organismo autónomo de Parques Nacionales concedió al ayuntamiento una subvención de 651.598 euros al denominado Plan Especial de Llanu Molín para la interpretación medioambiental y fomento de la conservación de los recursos naturales. Un amago fugaz de ejecución del que quedó la adquisición municipal de parte de las cabañas del complejo. Se habló, incluso, de un centro de recuperación de especies. Tampoco salió adelante.

En Cabrales ya han perdido la cuenta de las veces que se ha intentado convertir las cabañas de Llanu Molín en alojamientos rurales para fines turísticos o de intercambio. Varios intentos frustrados y reproches políticos rondan este paraje cabraliego de gran atractivo natural y poco conocido que se refugia al sur de la capital municipal, Carreña, y a los pies de la Sierra del Cuera.