Reflotar la Mancomunidad de Concejos del Oriente de Asturias se ha convertido en una prioridad para el alcalde de Peñamellera Baja, José Manuel Fernández Díaz (PP). El regidor considera que el ente, creado a comienzos de los años 80 con el objetivo de mejorar los servicios que prestan los Ayuntamientos a los ciudadanos y que lleva desde 2013 en proceso de disolución, merece una segunda oportunidad. Así lo comunicó ayer a los representantes de Amieva, Cabrales, Cangas de Onís, Caravia, Llanes, Onís, Parres, Peñamellera Alta, Piloña, Ribadedeva y Ribadesella durante un pleno ordinario celebrado en Cangas de Onís con el fin de dar de paso la Cuenta General de 2016, que suma 128.712 euros.

Los argumentos que esgrime Fernández para mantener el ente son varios: por una parte, la situación política y económica de los ayuntamientos es distinta a la existente cuando se tomó la decisión de romper lazos. "Muchos de los que abogaron por abandonar la Mancomunidad ya no están gobernando tras las últimas elecciones y, en general, el talante de los políticos es más dialogante, por lo que podríamos, por lo menos, abrir un debate y ver quién está interesado en seguir. El que quiera quedar, que quede, y el que no, no pasa nada", apuntó.

Más ventajas: según Fernández, el ente podría ser dotado de nuevos e interesantes contenidos. "Sería conveniente y más efectiva una política común en promoción turística y a la hora de gestionar el Plan de Residuos", aseveró. Fernández también hizo mención a la posibilidad de optar a servicios y planes de empleo, o proyectos contra la violencia de género, más efectivos. "Siempre sin complicaciones y respetando la independencia de los distintos ayuntamientos", matizó.

La propuesta pilló por sorpresa a sus compañeros, muchos de los cuales se lamentaron de que llevan años pagando cuotas sin obtener contrapartidas. El alcalde de Parres, Emilio Manuel García Longo (PSOE), que en la actualidad ejerce como presidente de la Mancomunidad del Oriente, se mostró abierto al diálogo, aunque recordó que la disolución estaba a punto de hacerse definitiva.

Más beligerante se mostró la alcaldesa riosellana, Charo Fernández, que pidió más transparencia en las gestiones. "Yo sólo quiero saber si la contratación de un nuevo secretario-interventor va a suponer un incremento de la cuota. No parece razonable que en pleno proceso de disolución se pague más. En cualquier caso, que lo digan porque necesitamos saberlo para elaborar los presupuestos", manifestó.

La Mancomunidad del Oriente dio en 2013 sus primeros pasos para la disolución, pero el conflicto existente con la empresa que gestiona el matadero de Margolles, que sigue sin resolverse, ha impedido el cierre.