Oviedo, Ángel FIDALGO

«Los templarios inventaron la banca moderna y la letra de cambio; siempre tuvieron presente la influencia del Grial en su rica vida interior, y habían hecho votos de castildad, obediencia y pobreza».

Con esta descripción de la orden más hermética que tuvo Europa comenzó su conferencia, «Templarios. Caballeros del Espíritu», Eugenio Martín, miembro del patronato Rosacruz, que ayer intervino en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA. Fue presentado por Juan Povedano, miembro de la Escuela de la Rosacruz Áurea.

El conferenciante, tras destacar la devoción de los caballeros templarios por María Magdalena, «a la que consagraron todos sus templos», los presentó como conocedores de saberes herméticos, algunos de los cuales les llevaron a levantar las catedrales de toda Europa.

Eugenio Martín, a lo largo de su conferencia, que fue seguida por numeroso público, explicó la historia de esta orden que se erigió en guardiana del templo de Salomón, y que puso en marcha las cruzadas para que Tierra Santa no permaneciera sometida al Islam.

Los caballeros templarios, explicó, fueron la expresión más elevada del espíritu de la época medieval. Su historia está repleta de misterio y fascinación; llegaron a ser la potencia más importante de su tiempo. Fueron medio monjes y medio guerreros que entre sus misiones tenían la de proteger a los peregrinos que viajaban de Europa a Jerusalén.

Pero el secreto que siempre rodeó a los templarios, a los que se les acusaba de realizar ritos esotéricos, de haber descubierto el Grial y de ser conocedores de otros secretos relacionados con el Arca de la Alianza, despertaron pronto el temor y la envidia de otras órdenes religiosas y del propio rey de Francia, aunque en este caso por el poder económico que acumulaban, lo que marcó su persecución y disolución de la orden.