Los doce chiringuitos de las fiestas de San Mateo, situados en la zona histórica de la ciudad, comenzaron ayer a desmontarse tras un año más de éxito por la gran afluencia que registraron durante los doce días que duraron los festejos, y sin que este año se hayan suscitado protestas de los vecinos del Antiguo al cumplirse los nuevos horarios, más estrictos que en años anteriores. En la imagen, labores de desmontaje y limpieza en uno de los bares de las fiestas, instalado en la plaza de Porlier.