Ch. NEIRA

Con el triple objetivo de evitar su ruina, recuperarlo para la ciudadanía y dar un valor añadido al área, el PSOE ha logrado el consenso político, aunque con la abstención de Foro, para impulsar un ambicioso plan de recuperación e integración del conjunto histórico medieval de Olloniego. El portavoz socialista, Alfredo Carreño, no ocultaba ayer su satisfacción por el «buen recibimiento» por parte de todos los grupos de un proyecto que trata de financiarse basándose en los fondos mineros todavía vinculados a Olloniego y en la plena titularidad municipal del conjunto histórico, recientemente obtenida con todas las garantías tras dilatados procesos judiciales.

Ahora, lo que PSOE propone en esta parcela de 33.671 metros cuadrados y con una inversión de 400.000 euros es, en primer lugar, recuperar la capilla, el puente y el palacio de los Quirós, edificaciones de la época medieval en las que, destacan «se aúnan tres tipos de construcciones, una religiosa, otra civil y una de ingeniería». Carreño añade que el fin último es «poner a disposición de los ciudadanos un espacio lúdico y didáctico que potencie su uso y disfrute».

Los elementos principales del conjunto histórico son la capilla de origen prerrománico, aunque con construcción actual del siglo XIV, y remodelaciones posteriores; el puente del siglo XIV y el palacio con torre del XIV y resto del XVI. Aunque el PSOE aplaza para futuras intervenciones, de más dinero y envergadura, la recuperación total de estos edificios, lo que propone ahora es una limpieza, una rehabilitación y una garantía de seguridad para que el conjunto se pueda visitar. Completa la inversión la construcción en la zona de un parque «lúdico deportivo» donde se puedan realizar actividades de tiempo libre, algún tipo de deporte y, también, disponer sobre la zona un «recorrido botánico» en el que se puedan contemplar las especies autóctonas que permitan, junto al conjunto histórico, potenciar visitas escolares a la zona.

«El conjunto de todas estas actividades», detalló Carreño, «generará un atractivo adicional al conjunto histórico, ya que dada la proximidad a núcleos poblacionales importantes desviaría a numerosos usuarios hacia esta área lúdico-deportiva».

La primera actuación consiste, así, en la limpieza y desbroce de toda la parcela. Supresión de toda la vegetación interior del palacio que amenaza extender la ruina a todos los elementos constructivos del palacio y la torre. Y, por último, cierre seguro de todos los accesos a la edificación.

La segunda parte del proyecto consiste en la restauración de las fincas que componen el conjunto. Dentro de esta actuación, se contempla la realización de un proyecto de posible área lúdico-recreativa, que abarque el conjunto de las parcelas anejas al palacio, estudiando ya en dicho proyecto la posibilidad de adscribir una determinada parte de los terrenos al palacio, para uso privativo dentro del posible equipamiento que se decida instalar en el mismo.

En el resto de los terrenos, incluyendo los que rodean el viejo puente, se generaría un área lúdica que incluiría zonas de área recreativa, de juegos infantiles y de posibles instalaciones deportivas de mantenimiento que no supusiesen edificación ni vuelo alguno sobre las parcelas. También se prevé el saneado y clasificación de las especies de flora existentes con indicación botánica de las mismas.

En último lugar, el proyecto detalla una actuación sobre las edificaciones que conforman el conjunto histórico para proteger los elementos actuales de las construcciones con el fin de evitar el progresivo deterioro de unos elementos ya excesivamente dañados.

En el diseño del plan de Olloniego también surge la posibilidad de que se hagan viviendas alrededor del conjunto. Carreño explica que no es preciso que sean viviendas, que las construcciones podrían servir a otros fines y que, de todas formas, sería una actuación extra que requeriría un plan especial. La idea del PSOE es siempre la de construcciones de baja densidad, poca altura, que por una parte permitiera generar alguna plusvalía y, por otra, funcionara como barrera arquitectónica del conjunto ante las viviendas próximas de la localidad. Al ser terrenos municipales, estas viviendas tendrían que tener, en todo caso, algún tipo de protección. Por otra parte, Carreño entiende que fijar población en el área del conjunto histórico ayudaría, también, a su conservación.