E. VÉLEZ

La ciudad contará con seis nuevos radares en diciembre. La Policía Local, tras estudiar la densidad del tráfico ovetense y los puntos donde se cometen más infracciones por exceso de velocidad, ha planificado la puesta en marcha de un sistema de radares que comenzará a instalarse en los próximos días.

El tramo de la «Y» que da acceso a la ciudad a partir del semáforo de Santullano, y por el que debe circularse a 50 kilómetros por hora, tendrá un radar «con una caja exactamente igual a las instaladas en el resto de la autopista», según explicó la Policía. El radar se colocará justo debajo de la pasarela de unión entre el barrio de Ventanielles y el centro comercial Los Prados. Con la puesta en marcha de este dispositivo de control, la Policía no sólo quiere regular la velocidad en la entrada a Oviedo desde la «Y», sino también acabar con la contaminación y los altos niveles de ruido que soportan los barrios aledaños de la autopista.

La calle Independencia, en la confluencia con Ingeniero Marquina y la avenida de Santander, contará también con un radar cuya presencia, al igual que el resto, estará indicada a los conductores a través de una señal de presencia de control de velocidad, instalada unos metros antes del mecanismo. El tercero de los dispositivos se instalará en la calle Muñoz Degraín, ya que se trata de una de las vías que soportan mayor densidad de tráfico, junto con su prolongación, la calle González Besada.

Para la instalación de los seis nuevos radares, la Policía ha tenido en cuenta la opinión de los ciudadanos y las asociaciones de vecinos. La salida hacia San Claudio es uno de los lugares que más denuncias por exceso de velocidad han registrado en los últimos años, por lo que la Policía instalará un radar en el cruce de la calle Favila con Fuente de la Plata. El paseo de La Florida será el único punto que contará con dos radares fijos: uno en sentido Las Campas y otro en sentido Oviedo. La puesta en marcha de estos dispositivos coincidirá con la apertura del vial de la zona Oeste, que, con 1.620 metros de longitud, se convertirá en la calle más larga de Oviedo. Por otro lado, la Policía ha iniciado una campaña de prevención de alcoholemia dentro del casco urbano, con la realización de controles preventivos. Los exámenes se realizarán en horario preferentemente nocturno y durarán entre dos y cuatro semanas.