La orquesta Oviedo Filarmonía, dirigida por la maestra Elena Herrera, la soprano Begoña García-Tamargo y el tenor Juan Noval-Moro se ganaron al público que llenó el Auditorio para asistir ayer a la gala del décimo aniversario de la asociación cultural La Castalia. El concierto contó con el patrocinio de LA NUEVA ESPAÑA.

Después de la obertura de «Los maestros cantores», de Wagner, que llevó muy bien la maestra Herrera, las intervenciones individuales de la soprano y el tenor así como los dúos se saldaron con cerradas ovaciones y bravos de un público entregado desde el primer momento.

Entre los asistentes estaban Javier Menéndez, director artístico de la Ópera de Oviedo; Patxi Aizpiri, director del Coro de la Ópera de Oviedo, y, claro, la cantante y profesora Ana Cristina Tolivar, alma de la asociación cultural La Castalia. Los amigos y colaboradores de la asociación cultural contaron con un espacio reservado en el patio de butacas.

Begoña García-Tamargo cantó muy bien la difícil «Ecco! Respiro appena? Io son l'umile ancella», de «Adriana Lecouvreur», de Cilea; seguida de «Tombe degli avi miei? Fra poco a me ricovero », de «Lucia di Lammermoor», de Donizetti, que corrió a cargo del tenor Juan Noval-Moro, sobresaliente.

La velada siguió sobre éxitos italianos y después, en la segunda parte, giró hacia la música española, primero con el preludio de «La torre del oro», de Giménez, hasta cerrar con el dúo «Cállate, corazón», de «Luisa Fernanda», muy bien. Como propina, otro dúo, en este caso de «L'elisir d'amore», de Donizetti. Gran ovación.