La grúa ya no patrulla la ciudad a la caza de coches y "limita estrictamente su intervención" a los supuestos de la ley de Seguridad Vial, especialmente a aquellos casos que supongan "una grave perturbación para el tráfico". Es la conclusión de Ricardo Fernández, concejal de Seguridad Ciudadana y responsable por tanto del tráfico, a la hora de evaluar los resultados del servicio durante el año pasado. En 2016, por cuarto año consecutivo, la grúa redujo el número de vehículos retirados y dejó la cifra bajo mínimos: fueron 5.525 los coches arrastrados, un 21,7% menos que en el ejercicio anterior.

La cifra confirma la tendencia iniciada ya durante el gobierno de Agustín Iglesias Caunedo y lleva la reducción, si se compara con los datos de 2012, a un 72,88% menos, respecto a ese momento, cuando la grúa recogió 20.370 vehículos de las calles de Oviedo.

Ahora, las grúas ya no retiran únicamente a demanda, como ordenó Iglesias Caunedo en 2014 para reducir la alarmante cifra de enganches, que había generado una mala imagen ciudadana del servicio. Entonces, la medida supuso que en el año 2015 el número de vehículos retirados se redujera a 7.056, desde los 11.662 del ejercicio anterior.

El nuevo gobierno municipal, liderado por Wenceslao López, anuló la instrucción de la retirada únicamente a demanda. Sin embargo, la tendencia en la reducción de los enganches se ha mantenido. "El objetivo no es arrastrar más o menos vehículos sino prestar el servicio con responsabilidad; que se sancione proporcionalmente a los que incumplen las normas de tráfico", afirma Ricardo Fernández, que advierte: "Una cosa es racionalizar el servicio y otra dejar de prestarlo o no hacerlo con la responsabilidad que exige".

En las últimas semanas del año pasado, como adelantó LA NUEVA ESPAÑA, los agentes encargados del servicio de grúa municipal recibieron una comunicación para optimizar el servicio. Fueron, asegura el Ayuntamiento en un comunicado, "unas instrucciones muy concretas para definir los casos en los que la grúa debe actuar, limitando estrictamente su intervención en aquellos supuestos contemplados en la legislación específica de seguridad vial, especialmente aquellos en los que se genera una grave perturbación para la seguridad del tráfico o de los peatones".

El departamento municipal de Tráfico ha elaborado un documento con 77 supuestos que implican la retirada del vehículo. Por un lado, 28 casos concretos que implican inmovilización, como negarse a una prueba de alcoholemia y, por otro, 49 que implican "grave perturbación del tráfico" y obligan a la retirada aunque no a la inmovilización.