El economista Eduardo Rodríguez, portavoz del PP en la materia, advirtió ayer en el Pleno, justo antes de que el tripartito aprobara el Presupuesto municipal, que un voto favorable a la propuesta "podría estar sujeto a responsabilidad civil y penal", a la vista de los numerosos incumplimientos legales detectados por la oposición y que, en buena parte, ya se recogen en un informe realizado por Intervención. Según detalló el edil popular, el presupuesto incumple el objetivo de estabilidad al partir con un déficit de 4,7 millones de euros, se salta la regla de gasto en 28 millones de euros e incluye otros 23 millones de lo que Rodríguez calificó como "gasto fantasma". Además, el concejal del PP alertó de que el presupuesto puede desembocar en un "nuevo varapalo judicial", ya que, según explicó, "carece de dictamen y de respaldo técnico".

Uno de los capítulos más criticados por la oposición fue el relativo a la cultura. El PP acusó al tripartito de mantener un "modelo con sesgo ideológico, como el de Ada Colau", la alcaldesa de Barcelona, poniendo como ejemplo de ello el "destierro" de "Forma Antiqva" del Auditorio Príncipe Felipe. Desde Ciudadanos, Luis Pacho también cargó contra la política cultural del tripartito y por el hecho de que en la asignación de la Fundación Municipal de Cultura, que asume las competencias de la Sociedad Ovetense de Festejos (SOF), no se especifique la cuantía económica que se destinará a cada cita festiva. Estas críticas motivaron la reacción del concejal del área, Roberto Sánchez Ramos (Rivi), quien apenas pudo iniciar su intervención contra el "empacho de Pacho" porque el alcalde, el socialista Wenceslao López, le retiró la palabra en aplicación del reglamento.

La réplica a la oposición la concentró el concejal de Economía, Rubén Rosón, quien denunció la "lista de insultos y tergiversaciones" tanto del PP como de Ciudadanos. El edil de Somos, que llevó al Pleno varios gráficos de gran tamaño para ilustrar la "apuesta" del tripartito por el gasto social, aseguró que las "derechas" no le habían rebatido "ni un solo dato".