En apenas tres años Diegui ha pasado de prometedor extremo en Tercera a adaptado lateral en Segunda. Tal ha sido su evolución que por el camino ha cambiado hasta el nombre futbolístico. Ahora se le conoce como Johannesson, por recomendación expresa de Egea que lo considera una etiqueta más exitosa. Con más gancho. El apellido revela además su origen islandés. Por ahí viene la primera referencia del lateral a su exitoso debut como titular en Segunda. "¿La felicitación más especial? La de mi padre que está en Islandia trabajando", contesta Diegui Johannesson cuando horas después de estreno le toca ponerse delante de los micrófonos. Un campo que ya domina con el mismo aplomo que a los interiores rivales.

Extremo por naturaleza fue Iván Palacios el primero en ver que sus características podían adaptarse perfectamente al lateral. El mundo del fútbol está lleno de laterales que dieron sus primeras patadas como extremos. En el filial del Oviedo Johannesson mostraba desparpajo con la pelota, velocidad y atrevimiento. Un extremo de los que se pegan a la cal y retan a su par. Con las condiciones de serie, tocaba reciclarse en el nuevo puesto. Los conceptos defensivos se convirtieron en asignatura troncal. Palacios inició una reconversión que Iván Ania se encargó de pulir las dos últimas temporadas.

Con Ania la evolución de Johannesson siguió su curso. Parte del lateral pero sus condiciones le hacen capaz de cubrir toda la banda. Su entrenador de entonces ve, salvando las distancias, una reconversión similar a la de Jordi Alba o la de Gayá. Necesita un golpe de suerte para subir el último escalón, el que lleva al primer equipo, el más complicado para cualquier canterano. La fortuna llega en forma de plantilla algo escasa de efectivos atrás. Solo Nacho López figura como lateral derecho del Oviedo, así que cuando está lesionado toca echar un ojo al filial. Allí lleva meses destacando el por entonces aún conocido como Diegui.

Egea le probó la temporada pasada en la Copa y confió en él en partido liguero en Ferrol. No salió especialmente bien esa primera prueba pero el argentino le mantuvo la confianza como sustituto de Nacho López. Participó en 11 partidos, contribuyendo al epílogo más feliz del oviedismo en los últimos tiempos. Aunque el club se olvidara de él en las celebraciones. "Es fallo mío", reconoció después Del Olmo que se disculpó públicamente con el lateral de origen islandés.

"Lo más complicado en los saltos de categoría es la intensidad. Es lo que más se nota. Todo se hace de una forma más intensa y hay jugadores mejores", resume el lateral los problemas de una adaptación exprés.

Esta temporada, su evolución en el primer equipo parecía cortada por la llegada de otro lateral, José Fernández. Pero una doble lesión le ha vuelto a dar la oportunidad ante los focos principales. Y no la quiere dejar pasar. "Sabía que esta temporada sería difícil jugar porque Segunda te exige más, pero estoy encantado de ayudar al primer equipo", explica.

Sus compañeros son ahora los primeros en reconocer su trabajo. "Destacaría la labor de Diegui. Hizo un gran partido. Es un salto importante desde Tercera y él es un buen ejemplo para la cantera", proclama Borja Gómez.