Tres puntos. Ese es el preciado y ansiado botín que conquistó el Real Oviedo en un partido extraño, en el que pocas conclusiones más se pueden sacar aparte de la victoria.

La tensión pareció atenazar a los azules que no consiguieron en ningún momento la fluidez habitual de sus partidos en el Carlos Tartiere y en el que a punto estuvo de escapárseles la victoria entre los dedos por mérito de los sorianos.

El Numancia le plantó cara y pudo llevarse mejor resultado pero la calidad en el pase de Míchel y de Toché en el remate finiquitaron un encuentro que los de Generelo nunca tuvieron bajo control.

Optó el técnico local por dar entrada en el once inicial a Vila, para sustituir al sancionado Verdés, y a Hervías en el lugar de Borja Valle.

Los numantinos comenzaron con una presión alta que causó muchos problemas al Oviedo. Pronto llegaron las ocasiones en un remate cercano de Alegría y otro, desde la frontal, de Valcarce que resolvió Miño con seguridad.

El Real Oviedo no conseguía sacar el balón desde atrás y se veía obligado a jugar en largo buscando a su pareja de delanteros. Toché parecía tener superioridad en los balones bombeados y Koné apareció con sus eléctricos movimientos que a punto estuvieron de adelantar a los azules.

Primero remató de cabeza a la escuadra y posteriormente se adelantó a Juan Pablo en un pase en profundidad aunque el balón se perdió a escasos centímetros de la portería. En esa jugada el portero rival se lo llevó por delante y el marfileño tuvo que retirarse por lesión en su mejor momento.

Este hecho provocó que le ritmo de juego bajase y se acabase el peligro hasta el descanso.

En la segunda mitad el Real Oviedo intentó llevar la iniciativa pero el equipo de Arrasate pareció más tranquilo y mejor colocado que su rival. Los sorianos se acercaban con peligro y en la más clara del partido Miño salvó el claro remate de Valcarce.

El encuentro no tenía muy buena pinta para los locales pero la segunda amarilla de Ripa cambió el rumbo del partido.

Con un hombre más los rechaces comenzaron a caer siempre del lado local y el Oviedo consiguió encerrar al Numancía en su área.

En un balón, que Míchel controló en la frontal, filtró un gran pase que Toché, rompiendo el fuera de juego, se encargó de transformar.

Sin embargo el final del partido fue tenso. Con igualdad numérica por la expulsión de Susaeta el Numancia se lanzó al ataque y el nerviosismo de los jugadores locales hizo posible alguna oportunidad para los de Soria.

El pitido final supuso una liberación. Los tres importantísimos puntos y los resultados de sus rivales directos hacen que el Real Oviedo suba hasta la tercera plaza y tome ventaja con sus perseguidores.

Poco más que destacar en un partido de ritmo lento y de poca calidad, en el que la victoria puede servir como revulsivo para el ataque final de los azules a la zona de ascenso en las últimas jornadas.

Próximo partido frente al Nástic de Tarragona, con el que se encuentra empatado en la clasificación, el domingo a las 12:00h.