Como si fuera una partida de póker, Generelo dice tener clara la estrategia a seguir pero prefiere esconder sus cartas. "Podéis preguntarme sobre el sistema. Otra cosa es que yo os conteste?", dice Generelo con una sonrisa en una de sus primeras intervenciones ante la prensa. Una de sus reglas inquebrantables desde que se hiciera cargo de la nave es que el trabajo se hace lejos del foco.

Esta semana, a Generelo le toca reconstruir su equipo. No es una simple pincelada, en esta ocasión se trata de recomponer el centro de la defensa, una de las líneas maestras. David Fernández es baja por lesión y Verdés por sanción. De la elección de nombres puede hacer incluso que se cambie el dibujo. "Tengo claro el sistema, sí. Aún queda un entrenamiento (en referencia a la sesión de esta mañana) para perfilar el equipo", anuncia el extremeño.

La principal duda que plantea al equipo se refiere al sistema a usar. El 4-4-2 ha dado grandes réditos a lo largo de la temporada. Fue el dibujo abrazado por Egea para hacer levantar el vuelo a los azules y situarse en la zona cómoda, muy cerca del mayor éxito. El sistema con dos delanteros encaja perfectamente con la constitución de una plantilla con excedente de arietes. También fue el dibujo elegido por Generelo desde su llegada al banquillo azul.

Pero en Tarragona llegó el primer matiz. La ausencia de Koné fue el momento elegido por el entrenador para jugar con un 4-2-3-1. En realidad, algo similar a lo que había sucedido una semana antes tras la lesión del africano. Entonces, Generelo optó por meter a Valle en el campo para que se moviera entre líneas en lugar de Linares, un delantero puro. Las alternativas que le ofrece la plantilla, hacen que el entrenador se tome las cosas con calma. "Tengo seguridad en los jugadores. Perdemos dos futbolistas respecto al pasado domingo pero tengo confianza en el bloque. Les veo entrenar todos los días y sé que están a un nivel parejo. Al final, decido por detalles, en función de las situaciones del partido", indica. Cuando las dudas se fijan en nombres concretos, Generelo echa balones fuera. Esta semana la incertidumbre se centra en el estado de Koné. "Está participando en los entrenamientos pero esperaremos a la sesión de mañana -por hoy- para decidir", explica el preparador.

La victoria se antoja esencial por varias razones. La primera, y más importante, por meter presión a los dos equipos punteros de la tabla, ahora a cuatro puntos de distancia. Pero además, también para tratar de reconciliar al equipo con la grada, después de varias semanas de distanciamiento evidente. "Ojalá estén con nosotros. La imagen en Tarragona, aunque faltaron más opciones en ataque, fue buena", señala.

El Oviedo afronta estas dos semanas dos choques decisivos, ante Huesca y Córdoba, ambas con el Tartiere de testigo, un momento del calendario que puede significar un impulso definitivo. Pero Generelo pone freno al análisis a medio plazo: "Solo tenemos un partido en el que centrarnos. El del Huesca".