Juan Antonio Anquela (59 años) nació un 11-S, conserva intacto el acento andaluz de Linares (Jaén) y derrocha naturalidad. Coge el teléfono mientras está en un taller mecánico, sale afuera y contesta. No se intuyen dobleces en el entrenador del Huesca -próximo rival del Oviedo-, el padre del famoso Alcorconazo al Madrid, un tipo que lleva 40 años en el fútbol. Y subiendo.
-¿El fútbol ha cambiado para bien o para mal?
-Lo único que perdura es el balón. Y ahora se mueve más. Como todo en la vida, siempre es para mejor.
-¿Qué echa de menos en él?
-Futbolistas.
-¿Futbolistas?
-Sí, futbolistas. La palabra futbolista implica mucho. Es conocer el oficio, saber lo que hay que hacer, preocuparse de todo. Hoy en día, en el fútbol quedan pocos futbolistas así, de verdad.
-¿Por qué?
-Los futbolistas de antes estaban hechos de otra pasta. Hoy, en general, muchos van a jugar. Alguno incluso se entera del equipo contra el que juega el propio domingo (se ríe).
-¿Usted en qué fútbol cree?
-En el buen fútbol, pero cada uno lo entiende a su manera. Cuando el Barça jugaba bien era un espectáculo.
-¿El fútbol bonito es el de la posesión y el toque?
-Eso es una gran mentira que quieren hacer verdad. Hay fútbol bonito de muchas formas.
-Usted, como técnico del Alcorcón, eliminó al Madrid de la Copa. Aquello fue histórico.
-Y muy mediático. Tuvimos un antes y un después. Pero nuestra liga era subir a Segunda.
-Y subieron.
-Supimos convivir con aquello. En aquel equipo tenía futbolistas. Queda todavía alguno por allí sentando cátedra.
-¿Cómo es su Huesca?
-Intentamos ser protagonistas de los partidos. Lo que pasa es que el rival y el juego luego te dicen lo que tienes que hacer.
-El sábado, el Oviedo.
-Tiene mucha calidad en todas sus líneas. En todas. En un serio candidato a subir. Está clarísimo.
-¿Qué hay que hacer para ganarle?
-Hay que jugar muy bien. Y tener mucha fortuna. La fortuna que el Oviedo tuvo ante el UCAM o no tuvo ante el Lugo, por ejemplo.
-¿Cómo se imagina el partido?
-Estamos preparándonos para sufrir mucho. El rival es el que es. Y llega enrachado. Lo del Lugo fue como una victoria.
-Su nombre sonó alguna vez para el Oviedo. ¿Hubo algo?
-El Oviedo ahora está en muy buenas manos. Es un club que yo pensaba que iba a ascender el año pasado. Estuvo a punto. Pero acabará pronto en Primera.
-Es un club con una urgencia histórica. ¿Motivación o presión?
-El Oviedo tiene urgencias, pero como él hay otros muchos equipos que tienen urgencias.
-¿Motivación o presión?
-El que va al Oviedo sabe a dónde va; si no se sube parece que se acaba el mundo. Tiene una masa social tremenda. El ambiente del Tartiere es increíble.
-¿Qué es lo que más teme del Oviedo?
-Su bloque serio y compensado. Nosotros tenemos armas para competir, pero es un equipo al que cuesta crearle ocasaiones y eso en Segunda vale mucho.
-Pues aquí se le achaca la falta de posesión.
-(Se ríe). No es ahí, es en todos los lados. El fútbol funciona así. Lo que interesa en Segunda es sumar puntos y el Oviedo lo está consiguiendo.
-Con Hierro en su primera temporada como técnico.
-Cuidado que es campeón de Europa, ¿eh? Cuando eres segundo entrenador también eres entrenador. Bagaje tiene. Y como futbolista es un referente. En buen sitio ha caído. Y un buen entrenador hace un buen equipo.