La clasificación, como fuente de alegría. Pero, también, como elemento peligroso. El Oviedo ha vivido una semana ilusionante como segundo clasificado de la Liga, pero Fernando Hierro no se fía del todo de lo que dicen los números. Desconfía de la tabla. "Estamos a cinco puntos del descenso", advierte; "que no nos confunda la clasificación". El Oviedo de Hierro navega a buen ritmo y su capitán no quiere que nadie se distraiga con el paisaje. Quiere que todos mantengan la vista en la meta. La próxima parada, Huesca, incluye varios peligros que amenazan el buen momento de los azules.

"Cada uno debe ser consciente de la jornada en la que estamos", inicia Hierro su discurso anti-euforia: "Es verdad que viene a entrenarse uno con una sonrisa, con mejor estado de ánimo pero que la clasificación no nos confunda, ni en el mensaje ni en los actos. No perdamos la humildad. Que esto nos sirva para trabajar con aún más ganas". Se deduce de sus palabras que teme Hierro el efecto relajación. En la competitiva Segunda, un par de tropiezos pueden alejarte del pelotón de cabeza. De ahí las cautelas.

Pero los números no engañan. El Oviedo atraviesa su mejor momento en muchos meses. Es segundo y lo hace agarrado a una racha sobresaliente: siete semanas sin conocer la derrota. En un pequeño ejercicio de análisis, Hierro echa la vista atrás para elegir los partidos que más satisfecho le han dejado. Su elección tiene sorpresas. "Me gustó el equipo en Valladolid (derrota 1-0) y ante el Mirandés (empate 0-0). El del Mirandés fue para mí el encuentro más completo en cuanto a juego", indica antes de detenerse en otra actuación notable, la de la segunda mitad frente el Lugo: "Me dejó una gran sensación de comunión entre grada y equipo. La gente vio que lo dimos todo, que presionamos arriba y que no perdíamos la pelota. Aunque la primera parte también me gustó".

El plan ahora es que esa imagen incisiva tenga continuidad en El Alcoraz, ante un rival rocoso. Más aún cuando juega ante su gente. "Son fuertes en su campo y están haciendo las cosas muy bien. Es un conjunto de transiciones rápidas, con gente arriba con velocidad y desborde. Además, tienen orden y manejan las acciones a balón parado. Es un equipo con la personalidad de Anquela", analiza el malagueño que incide en la figura de su entrenador: "No tengo relación personal con él pero sí mucho respeto profesional y además es un tipo que en la distancia me cae bien. Es un currante, como se vio en su etapa en el Alcorcón. Me gustaría que tuviera la oportunidad de entrenar en Primera". El malagueño se olvida en ese momento de que el jienense ya gozó de su momento en la máxima categoría, al mando del Granada en la temporada 2012/13.

El Huesca también llega a la cita en un buen momento, a pesar de la derrota de la semana pasada en Cádiz. Los de Anquela son octavos, con solo dos puntos menos que los azules y se presentan como una seria alternativa para el play-off. Para el choque de esta tarde, Anquela deberá superar las ausencias. A los lesionados Javi Jiménez, Carlos David, Aguilera y Camacho se les unen las bajas de los internacionales Alexander González (citado con Venezuela) y de Boris Cmiljanic (con la sub-21 de Montenegro).