La lógica futbolística apunta al mercado de invierno como ese escenario en el que poder matizar algunas cosas. Un mercado de detalles, una oportunidad para compensar los desequilibrios. Pero en la presente edición, el club azul ha dado un paso más. Para el Oviedo, el mercado de invierno ha concedido la oportunidad de renovar al equipo. No han sido solo detalles, ha sido una reforma integral que ha afectado a varias líneas. En un último día de fichajes frenético, los azules anunciaron dos nuevas incorporaciones. Carlos de Pena y Borja Domínguez, extremo y pivote respectivamente, se incorporan al proyecto azul hasta el 30 de junio con el objetivo de dar un salto de calidad a la plantilla y luchar por el play-off de ascenso.

Porque ya nadie oculta en la entidad carbayona que la meta de este equipo es entrar entre los seis primeros. El discurso ha ido ganando en ambición y, aunque los resultados fuera de casa parecen contradecir esta tesis, el final de curso está marcado más allá de la jornada 42. El Oviedo quiere jugar la promoción y la responsabilidad cae desde ya en Fernando Hierro y el grupo de 25 futbolistas que tendrá a su disposición.

Las novedades en el mercado de invierno se han centrado en la defensa y en el medio del campo. La portería y la delantera se mantienen como estaban, síntoma de que cuentan con la confianza de cuerpo técnico. La defensa presenta algunos matices. Peña fue el primero en salir en el mercado de invierno, ante una buena opción que le brindó el Getafe, con el que no ha tardado en ganarse la titularidad. Para mantener el número de zagueros se cerró la llegada de David Costas, cedido por el Celta.

La dirección deportiva mantuvo la opción de incorporar a otro central hasta la última jornada. Con cuatro centrales puros, la llegada de otro zaguero no era una cuestión urgente pero si se daban las condiciones adecuadas podría intentarse. Torsiglieri, central argentino de Rosario Central, fue el que más cerca estuvo de firmar pero finalmente se comprometió con Racing de Avellaneda.

En el centro del campo se acumulan las novedades. El Oviedo se deshizo de dos futbolistas sin peso en el campo: Martín Alaniz y Edu Bedia. Las bandas han sido el foco con más refuerzos. A esa posición van dirigidos los fichajes de Saúl Berjón y Carlos de Pena. El último cromo en el álbum llegó en la noche de ayer, con poco margen de maniobra sobre el cierre del mercado. Borja Domínguez se convirtió en la cuarta incorporación para cumplir un rol demandado desde el comienzo de temporada, el de pivote organizador. Descartada la opción de Fran Mérida por la negativa de Osasuna a facilitar su traspaso, se cerró la llegada de un centrocampista zurdo con facilidad para la elaboración. Domínguez hace el número 25 entre los futbolistas que Fernando Hierro tendrá a su disposición en la segunda parte de la competición.

La conclusión más inmediata es que el malagueño tiene una plantilla amplia para afrontar el reto marcado por el club. Un número elevado de futbolistas que exige además la gestión más eficiente de los minutos. En condiciones normales, sin lesionados, el malagueño deberá dejar fuera a siete futbolistas en cada convocatoria.

A partir de esta mañana, Hierro tendrá sobre el césped de El Requexón al Oviedo que intentará coronar la temporada con éxito. Será un equipo reformado, con cambios en todas las líneas en busca de un necesario salto de calidad.