El guion en el mercado invernal suele repetirse. Un futbolista con escaso protagonismo busca una salida y aparece en escena un club dispuesto a darle otra oportunidad. En el caso de Borja Domínguez el camino ha sido diferente. Tras un inicio de temporada con poco peso en los esquemas de Oltra ene l Córdoba, el relevo en el banquillo del conjunto andaluz le lanzó al primer plano. Se convirtió en un fijo en los esquemas de Carrillo (titular en seis de los últimos siete partidos ligueros) y por eso su llegada al Oviedo llama más la atención. El deseo del futbolista fue clave en la operación.

Cuestionado por el cambio de zamarra, el gallego lo explica con naturalidad. "Me llegó el interés del Oviedo y me hizo ilusión porque se trataba de un proyecto importante", relata en su presentación como nuevo futbolista azul; "fui al Córdoba para hacerle saber al club la existencia de la oferta. Ellos me dijeron que no me consideraban tan importante así que decidí aceptar la oferta". De ahí nace una operación que se cerró apenas un par de horas antes de que se finalizara el mercado invernal.

Con la llegada de Borja Domínguez el Oviedo ve cubierta una necesidad básica: la de un pivote con un registro diferente al que ofrecía la actual plantilla. La zona de pivotes es la más concurrida del actual Oviedo, pero el cuerpo técnico no ha terminado por dar con la tecla. Los azules configuraron en verano una medular con diversas opciones: Lucas Torró, Erice, Rocha, Vila, Héctor y Edu Bedia. El cántabro respondía al rol de medio creativo pero nunca terminó de dar un paso adelante y ganarse la titularidad. A Rocha, pivote completo, también le ha faltado regularidad. Con Torró y Erice con protagonismo en funciones más defensivas, la función creativa demandaba otro actor. Ahí es donde emerge la opción de Borja Domínguez.

"Yo vengo aquí con mucha ilusión, a aportar todo lo que pueda y a intentar que el Oviedo juegue la próxima temporada en Primera", proclama dejando claro desde el primer momento la ambición de su fichaje. El Oviedo se guarda para junio la opción de quedarse con el centrocampista, una operación que sería más sencilla de ejecutar en Primera. Quizás de ahí su apuesta fuerte. "Mis primeras sensaciones en el Oviedo son muy buenas. Veo a un grupo noble, unido, con buena gente", señala. Y recupera su discurso ambicioso para valorar su posible aportación al equipo desde ya: "Desde el primer momento que piso el campo tengo la intención de contar para el entrenador". Si por él fuese, entraría en la lista para jugar ya el domingo ante el Mallorca.

En su fase de integración acelerada al grupo, ayer ya tuvo su primer contacto en El Requexón y recibió el tradicional pasillo de bienvenida. Borja Domínguez tiene compañeros con un fuerte lazo en común: el origen. "Ya lo explica el dicho: 'gallegos y asturianos, primos hermanos'. Es un vestuario con muchos vigueses, seguro que me ayuda en la integración", comentó en referencia a los gallegos Vila, Costas y Jonathan Pereira.

La llegada del pivote cierra un debate en Oviedo y abre otro en Córdoba. Las facilidades dadas por el conjunto andaluz para su salida el pasado martes contrastan con el malestar de una parte de la afición cordobesista, que no entiende cómo un futbolista con protagonismo en las últimas semanas pasa a reforzar a un rival. Ayer, el entrenador del Córdoba, Luis Carrión, explicó su versión de la operación: "Borja es un chaval sensacional, muy buen chico, que nos ha dado mucho, aunque últimamente estaba algo peor. Le surgió la posibilidad de fichar por el Oviedo y habló conmigo. Me dijo que le gustaría estar allí, que consideraba que tendría más posibilidades de jugar y yo lo acepté. El año que viene puede volver. Aquí quería gente que peleara por el puesto".