Calor Humano

Cuando los conocidos de Ámsterdam me preguntan que es lo que más echo de menos, siempre contesto lo mismo: ´´Calor Humano´´. Ese calor que se ha sentido durante toda la semana en la capital del Principado de Asturias. Antes, durante y después del partido contra el Cádiz la comunión entre equipo, afición y directiva ha sido total. Es un gran punto a favor para llegar donde merecemos estar por historia, que no es otra división que la Primera.

Nos podrá gustar o no la forma de jugar del ROCF, nos podrán gustar más o menos determinados jugadores, pero lo que está claro es que sienten los colores y sienten el apoyo de la afición, y en la rula no preguntan, apuntan. Desde la Peña Azul Ámsterdam, en la medida de lo posible, alentamos y lo damos todo y no falta mi besín en la frente (¡GOOOOOOL DEL OVIEDOOOO!) a todos los que comparten 90 minutos de locura conmigo.

El partido contra el Cádiz me recordaba cuando con mis gafas de pasta y mi acné juvenil iba al Carlos Tartiere, iba a disfrutar, iba a sufrir, a animar, el resultado no importaba. Muchas veces pienso que en el fútbol actual se magnifica todo y se está dejando de lado a aquellos aficionados que sin saltar al campo despejan cada balón, rematan cada corner, corren la banda o cometen una falta.

En la vida como en lo futbol, tus actos marcan tu destino. El destino de los 155 de Cádiz fue que los goles de Linares y Christian Fernandez fueran para ellos, honor eterno para esos chavales que puede ser que no hayan visto jamás al ROCF en primera, pero el destino de cada uno de los 155 son sus actos, y sus actos les llevaran a primera tarde o temprano, estoy seguro.

Mientras escribo estas letras, escucho ´´Azul´´ de Ciudad Bambú y ´´FuniculíFuniculá´´ de los Tres Tenores, canciones que dan Calor Humano ese calor que desprenden cada domingo el Tartiere y sus 155.

O V G