La mañana era gris y de molesto orbayu en un Requexón invernal y desangelado: tres aficionados viendo el entrenamiento, rostros serios en los jugadores y un inquietante mensaje de móvil a media mañana: "Rueda de prensa sorpresa de Fernando Hierro". En mitad de la semana, aquello no cuadraba.

El Oviedo había perdido en Sevilla (5-3), su tercera derrota consecutiva, la cuarta en cinco partidos. Jornada 20, casi mitad de Liga. Puesto décimo-tercero, 26 puntos, a cuatro del descenso. Y Hierro quería hablar. Quería hablar para asumir toda la presión, declararse el "máximo responsable" de aquel bache y transmitir un mensaje de calma y tranquilidad. Entre otras muchas cosas, el malagueño dijo esto: "Vamos a matarnos para sacar esto adelante, estamos a tiempo".

Era martes, 10 de enero. El año empezaba tan gris para el Oviedo como aquella fría mañana en El Requexón.

Pasado mañana se cumplen dos meses de aquel episodio en El Requexón y Hierro, el equipo, ha cumplido la promesa. La situación ha cambiado tanto que parece que aquella fotografía pertenece a otro siglo. Nueve partidos después, el Oviedo es otro. Volvió a ganar fuera de casa, volvió a remontar un partido, volvió imparable a puestos de play-off, volvieron las sonrisas, el optimismo, la confianza, la unión, la comunión con la grada. Volvió la fuerza al Oviedo y también al oviedismo. Ni rastro de aquellas dudas. Por haber hay hasta una nueva sala de prensa en El Requexón. Quizá dos meses, en fútbol, efectivamente sean siglos.

Porque 2017, de momento, le está sentando fenomenal al conjunto carbayón. Los deseos, que ya se saben que en este deporte cambiante son a cortísimo plazo, partido a partido, se van cumpliendo. El Oviedo, de entrada, es el tercer mejor equipo de la categoría en los nueve partidos que se han diputado tras las Navidades: seis victorias, dos derrotas y un empate. 19 puntos de 27 -cuatro más, por cierto, que en los nueve primeros partidos de 2016-. Sólo Levante y Girona, primero y segundo de la Liga, han sacado más puntos que el Oviedo en este año: 22. El equipo azul, además, lleva ritmo de ascenso: hay que irse a la temporada 2014-2015 para encontrar un arranque de año similar. Aquel curso, con el Oviedo de Sergio Egea imparable en Segunda B, se hicieron 19 puntos en las primeras 9 jornadas del año (2015). La marcha, pues, es la misma que ahora. Entonces, año impar como éste, el Oviedo acabó logrando el histórico ascenso de Cádiz.

La mirada corta, la de esta temporada, que al fin y al cabo es la que cuenta, también ofrece una perspectiva muy mejorada del Oviedo. Y una estadística que la confirma: en las siete jornadas que van de la segunda vuelta, el Oviedo suma 16 puntos, que es justo el doble que los puntos que sumó en los mismos partidos, ante los mismos rivales, en la primera vuelta. Escrito de otro modo: el Oviedo ha hecho en los siete partidos que van de la segunda vuelta más de la mitad de los que hizo en toda la primera.

El equipo de Hierro, pues, ha metido el turbo a las puertas de la fase decisiva. El técnico lo había advertido en aquella rueda de prensa el día de las miradas esquivas y las caras tristes: " Vamos a matarnos para sacar esto adelante, estamos a tiempo". Lo han hecho. De momento, el 2017 es feliz para el Oviedo. Y para el oviedismo.